Copenhague 1 - Barça 1 (02-11-2010)

1-1: El Barça consigue un valioso punto tras su empate en Dinamarca

Accidentada. Así se podría calificar la primera parte de este partido envuelto en un ambiente hostil en la grada gracias, o por culpa, del ya comentadísimo incidente entre Pinto y Santín. Solbakken ya avisó durante la rueda de prensa previa al encuentro: el ambiente en el estadio no iba a ser como el vivido en el Camp Nou, y así fue.

Roles intercambiados

Pero las expectativas fueron superadas antes incluso de que los jugadores empezaran a habituarse al campo, cuando Vingaard golpeaba a Puyol con el brazo dejándole tendido en el suelo dolorido durante un par de minutos en los que se temió que tuviera que ser sustituido. La cara de Guardiola en la banda era un poema. Pero los sustos no quedaron ahí. Un minuto después, Claudemir disparaba directamente al travesaño al intentar sorprender a Valdés. Desde un principio se vio que el Copenhague iba a por todas, empleando un juego muy duro del que pueden dar cuenta jugadores como Messi, Busquets o Xavi y yendo al ataque. Los papeles parecían haberse intercambiado.

N'Doye protagoniza la imagen del partido

A los diez minutos de juego se produjo otra de las jugadas escalofriantes. N"Doye caía desplomado al recibir un rodillazo involuntario de Valdés en la cara al ir a despejar un balón fuera de su área. El jugador del Copenhague quedó tirado en el suelo, inconsciente, temiendo por unos segundos un mal mayor. Pero por suerte, el jugador pudo salir por su propio pie del campo y, minutos después, incorporarse al juego normalmente. Por esa acción, Victor Valdés se ganaba el odio de la grada, quienes le increpaban por cada pelota que jugaba.

Messi adelanta a los azulgranas

A esas alturas del partido, el Copenhague presionaba mucho, dejando al Barça casi fuera del partido. Los daneses, a diferencia de la imagen dada en el Camp Nou, no paraban de buscar el gol para ponerse por delante del marcador y, así, poner contra las cuerdas a un Barça perdido. En el minuto 21, Villa tenía la mejor ocasión de adelantar a los azulgranas y dar un poco de tranquilidad a la afición culé agazapada en una de las gradas del Parken Stadium. Pero no fue hasta la media hora de partido cuando Messi ponía tierra de por medio, aprovechando el rechace de la defensa a un intento de Villa por meterse en el área pequeña. El argentino fusilaba a Wiland y tranquilizaba a los azulgranas marcando su gol número cien con Guardiola como entrenador.

La alegría dura poco

Pero la alegría no duró mucho, más bien nada. Dos minutos después, Claudemir, solo, marcaba el gol del empate tras un error de Valdés. Todo volvía a empezar. El Copenhague, que nunca bajó los brazos, continuaba presionando y buscando el segundo gol, mientras Messi intentaba hacer de las suyas rematando de cabeza en plancho o enviando un balón a la gradería después de un jugadón de Abidal por la banda izquierda.

Mismo guión, misma presión

El segundo tiempo empezó tal y como acabó. El Copenhague presionando a un Barça incapaz de realizar su juego. Lo mejor que podrían esperar los azulgranas era esperar a que los daneses se desgastaran físicamente y aprovecharlo. Pero no parecía que el cansancio les afectara. En el minuto 58, Piqué enviaba un balón largo que acababa peinando Keita para un Iniesta que remataba sin suerte. El Copenhague no perdía ninguna oportunidad y aprovechaba cada contraataque para intentar ampliar el marcador, aunque sin suerte. Pero un susto momentáneo heló a los azulgranas al ver cómo N"Doye enviaba el balón al fondo de la red de Valdés. La invalidación del árbitro rumano por la falta previa a Piqué tranquilizó a los culés y enfadó a los daneses que siguieron con el mismo guión de presión y ataque.

Penalti no pitado a Villa

El Barça miraba de reojo el marcador para ver cuántos minutos les quedaban. Una sola jugada les podía dar la clasificación para los octavos y olvidarse de la Champions en unas semanas. Pero ese gol no llegó. Es más, en el minuto 73, el árbitro omitió pitar un penalti claro sobre Villa. No quería ningún problema el colegiado que, al igual que esta acción, prefirió no mojarse en varias ocasiones dudosas a lo largo del partido. La última esperanza de una sonora victoria estuvo en los pies de un Pedro recién llegado que, al filo del final, enviaba el balón al palo con un potente disparo. El Barça saca un valioso punto del Parken Stadium después de un partido accidentado e intenso, en el que no pudo realizar su juego ni dominar como está acostumbrado.

Crónica publicada por Monica Mata (MD.es)





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