Nápoles 1 - Barça 1 (Ida 1/8 Final Champions League) (25-2-2020)



Griezmann encarrila el pase a cuartos

Un estéril Barça en la primera mitad igualó el gol inicial de Mertens tras un error de Junior y deberá rematar la faena en el Camp Nou

Messi se creció tras el descanso en el templo de Maradona pero Busquets y el expulsado Vidal no jugarán la vuelta y Piqué se lesionó a cinco días del Clásico

Al Barça se le acumulan las bajas de cara al Clásico y al Nápoles

Un gol de oro de Antoine Griezmann salvó al Barça de otro revés fuera de casa en la Champions League en Nápoles (1-1). Los azulgrana, inofensivos en el primer tiempo, dejaron el trabajo medio hecho para sellar en el Camp Nou el 18 de marzo el pase a cuartos de final contra un Nápoles muy defensivo que solo vivió del error azulgrana. Sin embargo, el tanto de Mertens fue neutralizado por el conjunto de Setién, que, eso sí, acabó con diez por la doble amarilla de Vidal en el 88’, perdió también a Busquets para el segundo asalto y a Piqué por lesión a cinco días del Clásico en el Bernabéu.

Avisó Setién que quería un Barça con personalidad para dar un puñetazo en la mesa en San Paolo y apostó por un 4-3-3 dejando a Arthur en el banquillo y de nuevo a Ansu. Experiencia al poder con Busquets, De Jong y Rakitic y Vidal abierto a la banda de extremo derecho pero sin serlo. Umtiti le ganó la partida a Lenglet ante un Nápoles sin sorpresas pero muy precavido a la espera de un hachazo que acabó llegando a la media hora casi sin quererlo.

San Paolo retó a Leo desde el calentamiento coreando el nombre de Maradona y picando a la ‘gent blaugrana’ a responder con el de Messi. Los ‘tifosi’ convirtieron a Diego en ‘La 12’ para presionar al ‘10’ azulgrana, ávido de jugar allí. El duelo implícito 30 años mediante tuvo como aliados del ‘Pelusa’ y de los ‘tifosi’ locales a Maksimovic, Demme y Zielinski, encargados de rodear como lobos al capitán barcelonista recibiendo más de espaldas que de cara. Y así, era ardua tarea derribar el muro planteado por Gattuso.

Su equipo vivió en campo propio. Solo Mertens se descolgaba algo y la bola no le duraba haciendo honor a esos “seis segundos” a los que se refirió Gattuso al hablar de las rápidas recuperaciones del Barça de Setién. El técnico italiano no quería un Nápoles largo que facilitara el camino de Messi al área. Opuesto al caos que reina en las calles napolitanas, el orden presidió el juego azulgrana. Pero demasiado. Por estéril y previsible.

Sin profundidad

Sin desborde en las bandas ni verticalidad, la pelota fue de lado a lado fiándolo todo a la magia de Messi mientras aumentaba el embudo en la frontal del área. El primer tiempo recordó a la posesión sin más del debut de Setién ante el Granada. Griezmann y Vidal restaron más que sumaron y el Nápoles no necesitó ni rascar: solo dos faltas en 45 minutos por cuatro culés.

Hasta que sacó petróleo del único error azulgrana atrás. Zielinski envió un balón largo que se perdía, Junior controló mal con la zurda y dejó campo libre para el polaco, que encontró a Mertens en la otra banda. La rosca con la derecha del belga fue imparable para Ter Stegen resucitando los fantasmas europeos a domicilio de un Barça que no levantó cabeza hasta llegar el descanso.

Setién pidió más dinamismo a tenor de lo visto en la reanudación. El Nápoles, con un botín de oro, siguió atrás pero obtuvo otro premio: la amarilla a Busquets por una entrada a Mertens que le aparta de la vuelta. Al belga, lesionado, le suplió Milik. En el 56’, Quique movió ficha saliendo Arthur por un Rakitic y al minuto llegó el empate en la primera ocasión. Messi se apoyó en ‘Busi’ y este habilitó al hueco a Semedo, cuyo centro raso fue rematado en boca de gol, con rabia y con la derecha por Griezmann. Su primer eurogol fuera tras una sequía de 13 partidos.

Paradones de Ter Stegen a Insigne y Callejón tras el 1-1

El 1-1 calmó al Barça pero otro error, esta vez de Busquets, pudo costar caro de no ser por el paradón ante Callejón de Ter Stegen, que antes también abortó un disparo de Insigne.

El vértigo se adueñó por momentos del envite y Messi se creció regalando un regate de genio y un pase a Semedo pero el pase de la muerte no fue gol esta vez. Arthur sí dio mayor sentido y fluidez al juego azulgrana asociándose con Leo generando más espacios y el consiguiente pánico en San Paolo. El desgaste de perseguir el balón hizo mella en el Nápoles y el Barça presionó más alto en pos del segundo que rozó Messi con una jugada maradoniana con tres regates consecutivos hasta que se le cruzó Maksimovic. Fue el preludio de un final con alto peaje culé con la expulsión por dos amarillas seguidas (la segunda por protestar) a Vidal, que tampoco jugará la vuelta, y la lesión en un tobillo de Piqué, que pidió el cambio.

Crónica publicada por Sergi Solé, MD.com






































Fuente fotos: www.mundodeportivo.com y www.laopiniondemalaga.es

Miércoles, 26 de Febrero de 2020