Barça 1 - Real Sociedad 0 (20-5-2018)


Golazo de Coutinho para honrar a Iniesta

El brasileño resolvió frente a una Real sin nada que perder que buscó llevarse algo

A trece minutos del final, Andrés Iniesta fue sustituido por Paco Alcácer después de saborear sus últimos minutos como jugador azulgrana. El Barça no tuvo un partido fácil en la despedida de su capitán ante una Real que, sin la necesidad de los puntos, salió a pescar algo del Camp Nou. Un gran gol de Coutinho decidió un partido en el que sólo faltó un gol del manchego para cerrar la temporada de la mejor manera posible.

No llegó ese tanto que habría supuesto cerrar la Liga con 100 y celebrar el gol 6.000 del Barça en la historia de la Liga, pero Iniesta se va del Barça con un triunfo. No fue su mejor actuación, pero sí una de las más emotivas. Y dejó detalles de su calidad, dirigiendo el juego azulgrana en los momentos en que flaqueaban las ideas y la frescura. Y es que, para él, no fue fácil abstraerse de tanto homenaje.

Desde el principio se vio en el Camp Nou cierta voluntad de honrar la despedida de Iniesta en un ambiente festivo. Liberados de la necesidad, los veintidós futbolistas sobre el césped actuaron con más voluntad de crear juego que de actuar con rigor táctico. Lástima que algunos jugadores de la Real, como Raúl Navas, con una entrada durísima, fuera de lugar, al tobillo de Dembélé cuando se iba disparado hacia la portería de la Real en una contra, se empeñasen en no entender el guión. O Illarramendi, con uno de sus clásicos agarrones, esta vez al propio Iniesta después de que el manchego lo sentase en el último regate de su etapa en el Barça.

Raramente se rondó el gol en el primer tramo. Eso sí, con llegadas de uno y otro: Willian José, con rechace de Ter Stegen, y Oyarzabal, muy ajustado al poste, advirtieron para los donostiarras, mientras que el propio Iniesta chutó fuera por poco y Rakitic cabeceó algo desviado un centro de Dembélé después de una gran jugada del brasileño.

El juego barcelonista no acababa de carburar, mientras Iniesta, hiperactivo y con muchas ganas de brindar una última obra de arte a su público, trataba de canalizar juego, buscaba pases interiores y se vaciaba en busca del gol. Pudo llegar en un penalti de Zurutuza a Semedo que se comió el árbitro, que después acertó al cortar un avance de Januzaj, completamente solo pero fuera de juego por los pelos, ante un Ter Stegen a la desesperada.

Sin Messi, esperando en el banquillo para una posible entrada a lo largo del partido, Valverde salió con casi todo, condicionado por las bajas. Yerry Mina, en evidencia al quedar sentado en un quiebro de Januzaj, ocupó el eje junto a Piqué, ya que Umtiti quedó fuera de la lista. Semedo actuó de lateral y en punta Dembélé se sintió a gusto como extremo puro, junto a Suárez y Coutinho en una delantera de corte clásico.

Imposible saber con exactitud qué pasaba por la cabeza de Andrés Iniesta, pero el genial centrocampista trató de mantenerla fresca en el partido, ajeno los homenajes, mientras el campeón de Liga parecía haber perdido la chispa.

No habían transcurrido cinco minutos del segundo tiempo cuando Dembélé pedía el cambio, como consecuencia de la patada de Raúl Navas, a buscarle el tobillo delpie de apoyo en carrera. Una entrada para hacer daño con el Mundial a la vuelta de la esquina para el francés. Por su puesto, no para Navas.

Imparable fue el golazo de Coutinho que abría el marcador, con un derechazo poderoso desde la izquierda marca de la casa, una rosca letal que se coló por la escuadra.

El gol ponía en marcha la fiesta e Iniesta se situaba arriba en busca de un gol como despedida. En una acción iniciada por el propio Iniesta, Rakitic se la dio, pero en la última ‘croqueta’ la zaga le birló el balón.

El rey del gol en este Barça es Leo Messi y Valverde le dio entrada con minutos por delante para vivir in situ los últimos minutos de Iniesta en el Barça.

En su primera acción, dejó solo a Denis, que remató cruzado. Poco después, creaba una contra y cabeceaba a las manos del meta Moya.

Saboreando cada minuto sobre el campo, Iniesta apuró sus opciones de despedirse con el gol 6.000. Acusando visiblemente el esfuerzo, arrojó la toalla a diez minutos de final, cuando fue sustituido por Paco Alcácer.

Todavía hubo ocasiones para que el marcador creciese. Messi, fresco y a la contra, creó peligro, mientras Rakitic era el mejor guardián del orden ante los intentos de la Real de acabar con empate. Pero, ante cualquier opción de completar la fiesta con un segundo gol, ahí estaba Munuera Montero, un juez muy lejos del nivel mínimo para estar a la altura de un momento histórico.

Antes del final, Xabi Prieto, otro que se va, tuvo tiempo de entrar para jugar sus últimos minutos en un Camp Nou entregado a Iniesta, cuyo que la grada no dejó de corear.

Crónica publicada por Joan Poquí, MD.com




















































































Fuente fotos: www.mundodeportivo.com y www.laopiniondemalaga.es