Un Barça implacable atropella al antifútbol del Getafe
Ante un Getafe que acudió al Johan Cruyff a hacer lo que hace siempre, el Barça puso el fútbol y sumó tres puntos más en LaLiga, cerrando una semana exitosa en Champions y Liga. El conjunto de Flick puso el fútbol y no dio opción a su rival, con doblete de Ferran y gol de Olmo. El conjunto azulgrana dominó todos los contextos del juego: la concentración defensiva, el ataque posicional, las transiciones (dos goles a la contra) y, especialmente, la eficiencia de cara a puerta, como ya hizo en Newcastle.
No se tomó Flick el partido a la ligera. Cambios de gestión de minutos tras el esfuerzo de Newcastle, pero sin perder poderío y con un once lleno de intocables de Flick, como Pedri y De Jong, o Eric, que lo juega todo y fue el jefe de la defensa al lado de Christensen. En la media punta, Olmo, que asistió a Ferran en el primer gol y marcó el tercero. Arriba, Lewandowski, muy castigado por el juego subterráneo de los centrales del Getafe.
Todo el quehacer del Getafe en el primer tiempo estuvo centrado en escribir una oda al antifútbol, para sorpresa de nadie y con el objetivo de que se jugase poco o nada a fútbol. El conjunto de Bordalás desplegó todo su catálogo de artimañas y trucos de baja estofa, desde empujones a patadas, agresiones y collejas, pasando por la habitual pérdida de tiempo cada vez que tenían que sacar de banda o de portería, o cualquier falta.
Incluso el público tuvo la ocurrencia de corear los segundos que transcurrían cada vez que el portero, David Soria, tenía que poner el balón en juego. A pesar de que en teoría solamente puede tardar ocho segundos, no había ocasión en que no los doblase. Y, aunque al cuarto de hora el Barcelona ya iba por delante, no cambió esa estrategia de negación del espectáculo en todo el primer tiempo. Se trataba de que no se jugase a fútbol y el Barcelona no pudiese imponer un ritmo alto a su fútbol.
Fue el 'Tauró' Ferran quien puso una ventaja de dos goles que hacía justicia con el equipo que proponía fútbol. El primero fue una obra de arte colectiva: sensacional pase de talón, con el retrovisor, a Ferran, después de recibir un magnífico pase filtrado de Raphinha y escorarse hasta quedarse sin ángulo. La asistencia sin mirar de Olmo, magnífica, llegó a Ferran, en el corazón del área, que definió con precisión quirúrgica.
Un córner a favor del Getafe fue el origen del segundo. La defensa del Barça estuivo atenta y Eric Garcia detectó el espacio que por una vez dejaba el equipo visitante y a Raphinha desmarcado. El brasileño, ce primeras, prolongó el pase hacia Ferran, que controló, encaró al meta y volvió a definir con muchísima clase.
Todo lo que intentó el Getafe para plantar cara al baño de fútbol y equilibrar el partido fue ensuciar. Entre Arambarri y Rico acribillaron a patadas a Koundé, Djene saltaba como un enajenado, Abqar agredía una y otra vez a Lewandowski cada vez que los jugadores del Barça buscaban al polaco. Impresentable grupo, capitaneado por un entrenador que increíblemente no fue expulsado, todo el rato gesticulando en el área técnica.
Buscaron en una tangana a Raphinha, con tarjeta, tras una coz miserable, una más a Koundé, de Rico. El brasileño, partícipe en los dos goles, casi pica, porque este Rico fingió un empujón del brasileño y se fue al suelo. Raphinha, brillante en la jugada de los goles, se jugó la roja: había visto la amarilla por sacar una falta antes de que el árbitro lo autorizase y después, víctima propiciatoria del teatrillo. Flick lo dejó en el vestuario en la segunda parte. Un tiro al travesaño de Ferran, abstraído de todo y a lo suyo, no supuso el 3-0 y la ventaja de dos al descanso no permitía bromas.
Otro Getafe intentó ver la luz tras la media parte. Un chut cruzado de Javi Muñoz, recién entrado, y un cabezazo que puso a prueba a Joan advirtió de que iban a intentar algo más que su típico antifútbol. Pero sin renunciar a seguir con el juego subterráneo y los golpes, claro. El partido volvió a su rumbo natural en otra transición: gran balón de Casadó a Rashford, por la derecha, con 'pase de la muerte' a Olmo, que no perdona.
La fase final del partido contempló una serie de cambios y una nueva prueba de que Joan Garcia es un porterazo, atrapando cualquier balón que llegase con cierto peligro tras superar la sólida zaga. Roony jugó los minutos finales y Rashford, que tenía que ser titular pero llegó tarde, fabricó el 3-0 y casi logra el cuarto. Pedri tuvo su ovación habitual y Casadó sentó cátedra como medio centro. Una acción personal de Fermín habría hundido el estadio si su remate final hubiese entrado. No llegó el cuarto, pero sí hubo fútbol. Y el andaluz dio un susto al final, ya que se echó al suelo en el último minuto, dolorido.
Crónica publicada por Joan Poquí, MD.com
Fuente fotos: www.mundodeportivo.com y www.laopiniondemalaga.es
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