Eibar 2 - Barça 2 (19-5-2019)


Dos nuevos goles de Messi para cerrar la Liga

El Eibar logró empatar con un partido valiente en el ensayo general del Barça de cara a la final de Copa

Dos nuevos goles de Messi dieron un punto final al Barça en su cierre de la Liga 2018-19. Un empate trabajado, costoso, que por momentos peligró, porque el conjunto barcelonista no igualó en intensidad al Eibar, que quería despedirse de su afición con un triunfo histórico ante un Barça que siempre había ganado en Ipurúa. Ante la presión alta eibarresa, el Barça buscó balones largos y, en definitiva, empató aprovechando los espacios. Messi, que libró un duelo interesante con Joan Jordán, marcó dos goles más que le acercan a la Bota de Oro, pero el Barça deja tal vez dudas de cara a la final de Copa.

Debutó Carles Pérez y Wague entró en la segunda parte por un Semedo que sufrió un encontronazo en el primer tiempo. Y Lenglet dio el susto en los instantes finales en un partido en el que los jugadores del Barça parecían más temer una lesión que desear ganar.

Claramente, Valverde planteó el partido como un ensayo de cara a la final de Copa, aunque el Valencia se parece más bien poco a un Eibar que presionó sin complejos, no renunció a tener el balón y apretó por todo el campo. El Barça jugó con Sergi Roberto en la demarcación de teórico extremo derecho y Messi como ‘falso nueve’: un 4-3-3 en ataque y un 4-2-3-1 en defensa, con Sergio y Rakitic como dos mediocentros y Arturo Vidal, liberado, más avanzado. Desde ahí, por ejemplo, asistió a Messi en el segundo gol del Barça.

La valentía del Eibar derivó en un duelo de ritmo alto, de idas y venidas más que de control. Los dos equipos fueron a explotar las debilidades del rival. El Barça buscó hacerlo a través de las transiciones, explotando los espacios que dejaban los locales con su presión alta. Y el Eibar, a través de las llegadas de Cucurella por la izquierda y de Orellana por la derecha. En anbos casos, apoyados por sus respectivos laterales.

Juego de errores

Fue también un partido de errores. Sergi Roberto y Messi, por ejemplo, se durmieron en la primera clara ocasión del partido tras una mala salida de balón de los centrales del Eibar y Cillessen detuvo un remate de Charles, un minuto después, tras un error de Semedo.

Y de este modo llegó el gol que abrió el marcador, con dos errores: primero, de Piqué, que erró calculando que un balón iba a salir fuera y que acabó llegando a Cucurella tras resbalón del central, y acto seguido de Cillessen, que unos minutos había detenido un remate envenenado de Charles pero que esta vez se tragó y acabó de introducir en la portería el remate del jugador cedido por el Barça.

También sale retratado, engañado seguramente por el bote del balón en un campo muy afectado por la lluvia, el meta holandés en el segundo gol del Eibar, al calcular mal el bote de un centro largo del Eibar. Despejó mal con la cabeza en su salida y el rechace defectuoso fue a parar a De Blasis, que elevó desde lejos el balón por encima del meta, que regresaba a la desesperada.

Antes de ese gol, Leo Messi había puesto por delante al Barça tras destrozar en dos minutos el eje defensivo eibarrés. El primero de los dos goles, que suponía el empate, llegó tras una jugada por la izquierda de Malcom, que abrió hacia Vidal, que se sacó de la cresta una magistral asistencia vertical a Leo, que quebró a Dmitrovic y marcó. Un minuto después, el pase al espacio fue de Rakitic desde campo propio. Messi, solo, no perdonó: se fue hacia la portería del Eibar y picó el balón por encima del meta.

El Eibar, revolucionado

La salida del Eibar tras el descanso fue trepidante. Arrinconó al Barça, menos intenso, y Cillessen salvó un gol por remate abajo de Sergi Enrich. Charles remató alto otra ocasión. El Eibar perdonó y el Barça tomó aire, con un Piqué crecido en la segunda parte que salió de excursión para empujar las líneas hacia Dmitrovic y estuvo a punto de marcar el 2-3.

El Barça dio la impresión en algunos momentos de llegar justito al último desafío de la temporada, si no de fuerzas físicas sí de energía mental, especialmente en algunos casos de jugadores fundamentales. Llegó como desanimado a los minutos finales. Wague, sustituto de Semedo, que tuvo muchos problemas con Cucurella, desvió un centro de Orellana en una contra del Eibar y Cucu falló, al rematar con la derecha, solo ante Cillessen poco después.

Crónica publicada por Joan Poquí, MD.com














































Fuente fotos: www.mundodeportico.com y www.laopiniondemalaga.es

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