APOEL Nicosia 0 - Barça 4 (25-11-2014)


0-4: Un hat trick de Messi da la victoria al Barça en Nicosia

Los libros autobiográficos del Barça contarán que Chipre fue un el histórico escenario de la gesta de un genio que amaba el fútbol. Tres días después de superar a Zarra como máximo goleador de la Liga, Leo Messi dejó atrás a Raúl como el goleador imbatible dela Copa de Europa. Dos mitos del fútbol sometidos a la voracidad de un jugador irrepetible que no sólo logró ante el APOEL un 'hat trick' espléndido que da opciones del liderato de grupo al equipo sino que advirtió al mundo que sólo él sabe pintar el Balón de Oro, por mucho que se busquen méritos para otros. Y su enorme figura eclipsó a un Luis Suárez que se estreno como goleador azulgrana y a un Xavi igualaba a Giggs con más partidos del torneo. Es la pena de esta generación que ha coincidido con Messi.

Aunque ya clasificados para octavos, la misión del Barça en Chipre era apurar sus opciones de ser líder. A pesar de ser objetivo declarado horas antes, a Luis Enrique no le temblaron las manos al agitar el once titular que atropelló al Sevilla enla Liga. Defensa armada de nuevo con Piqué, esta vez con Bartra y de nuevo con Alves –lo de Douglas y Montoya en la grada cono es normal en tres meses de competición-, un centro del campo sin el ideólogo Xavi pero con la solvencia de Rakitic y delante, casi toda la munición. Casi porque Neymar se fue al banquillo y entró Pedro. Luis Suárez, con ganas de estrenarse, y, claro, Messi, que no podía estar ausente del partido que le podía coronar rey goleador de la Copa de Europa. En esta ocasión partiendo desde la izquierda porque el uruguayo se situó en el centro.

Con cinco cambios, el Barça se apoderó del dominio y del ritmo del partido desde el inicio. A base de repeticiones, de jugadas calcadas, los azulgrana fueron moviendo el balón de derecha a izquierda, con los extremos abiertos, tratando de dar con una rendija que permitiera ver a Urko Pardo. Al equipo azulgrana le convenía dar con soluciones en ataque y Leo se afanó en avisar de que era posible tumbar el miuro chipriota. A los dos minutos penetró lo suficiente pero su disparo rebotó en el portero.

Sin aprietos en defensa, era un Barça de la marca Lucho. Concentrado, presionando en la salida local y con la ornamentación justa en jugadas de ataque. El choque pasó rápidamente a ser un monólogo, al que tarde o temprano se iba a poner la firma. Un cabezazo de Rakitic y otra conexión Leo-Messi ya vista en Almería fue el preludio del éxito. Donde no llegó Messi hasta entonces, lo hizo Luis Suárez, Al filo de la media hora, el delantero se sacó de la chistera un gol mágico. El primero de azulgrana. Una recuperación, un desmarque, un gesto, un caño con taconazo y un disparo de trazo perfecto con el exterior del pie. El Matador de siempre. Las bengalas de los chipriotas se apagaron definitivamente.

Desprecintado el marcador, el Barça siguió a lo suyo. Apretando y sin ceder un metro. El APOEL parecía protegerse de lo que se le venía encima. Diez minutos después llegó el momento tan esperado. El madridista Raúl dejaba de ser el máximo goleador de la historia dela Copa de Europa y pasaba a liderar en solitario un clasificación que otros ilustres del fútbol mundial coronaron en otros tiempos. Messi desviaba con toda la intención del mundo un disparo de Rafinha a portería. Un toque tan decidido como sutil que le consagró para delicia de los groumets del mejor fútbol. ¿Qué se inventarán en Madrid ahora para darle la vuelta a la clasificación? La media ya no vale porque Messi lleva sólo 91 partidos. Era el gol 72 y parecía querer más.

Vulnerable, el equipo de Giorgios Donis ya era una víctima más de la recuperación azulgrana y la furia goleadora de Messi. Estaban rendidos y Leo supo aprovecharlo con otra acción de ariete inteligente. Al cuarto de hora de la segunda parte, aprovechando una asistencia de Alves para tocar con maestría el balón que mansamente se acomodó en la red. Iban 73 y no quería que el cuento acabara nunca. El APOEL despertó a Ter Stegen poco después pero el alemán despejó de forma soberbia un disparo lejano. Fue la única vez que le inquietaron de verdad.

La expulsión de Rafinha animó a la grada local, convencida de que algo iba a suceder. Y nada ocurrió. Sólo que Messi era ya historia. Tanto, que redondeó su magnífico día con un hat trick para quitarse el sombrero. Listo como pocos, con la segunda mitad agonizando, dejó pasar un balón porque estaba en fuera de juego para que Pedro se lo devolviera y entonces sí, entonces redondear la fiesta con una guinda majestuosa. Era el 74. Los aplausos de la grada chipriota fueron el premio a un partido con renglones de oro. Los de Messi y los de un Barça al que le queda batir al PSG para tener la ventaja de jugar en casa la vuelta de octavos.

Crónica publicada por Gabriel Sans, MD.com 










































Fuente fotos: www.mundodeportivo.com y www.laopiniondemalaga.es
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