Espanyol 1 - Barça 1 (08-01-2012)

1-1: Turienzo decide un derbi apasionante

El árbitro no vio unas manos clarísimas dentro del área de Raúl Rodríguez a disparo de Pedro en el descuento

Los de Guardiola pagaron con un empate un mal partido de casi todo el equipo, alejado de su nivel habitual

El Barça tiró por la borda la remontada del Bernabéu en un derbi que no supo solucionar cuando tuvo la ocasión, sobre todo en el primer tiempo, y que tampoco el árbitro quiso decidir en un penalti extremo por manos de Raúl Rodríguez a disparo de Pedro. Mal momento para un empate que se vio venir desde el principio del partido y que aleja de nuevo el liderato del Madrid a cinco puntos.

Y es que pocas veces el Barça había disputado un primer tiempo tan embustero e impropio como el de este derbi, pero no porque no dominara en el territorio, su especialidad, y en el marcador, su mejor hábito, sino porque aún ejerciendo de mejor equipo del mundo fue el Espanyol quien tuvo los arrestos de apretar y poner en apuros a la defensa azulgrana como en los días más olvidados de Carles Puyol, cuando acababa siendo el mejor del partido a falta de un equipo que estuviese a su altura. Malas noticias para el Barça si el capitán ha de recurrir a la épica y a sus defensas heroícas del pasado como, a ratos, le tocó resucitar ayer.

Cuando el equipo azulgrana peor lo estaba pasando, el Espanyol se entretuvo tantas veces ante Valdés que perdió la cuenta de sus ocasiones, siempre malbaratadas en el último remate por sus delanteros o bien por la seguridad de un Valdés que hizo muy bien en no sumarse al régimen general de imprecisiones. Con excepción de un Iniesta absolutamente espléndido, genial y valiente, que rompió cuándo y como quiso al rival, el resto del equipo azulgrana bailó torpe y descontrolado como consecuencia de la presión blanquiazul, que consiguió hacer del fútbol directo su única y mejor arma.

Antes de la media parte, el Espanyol consiguió pisar el área con peligro el triple que el Barça, efectivo también en la llegada pero luego disperso a la hora de poner en aprietos a una defensa blanquiazul que, por su parte, se bastó y se sobró para generar las mejores oportunidades visitantes, incluido un error que pudo ser catastrófico de Cristian ante Messi, finalmente invalidado por mano involuntaria de Leo que Turienzo exageró con tarjeta premonitoria de sus malas intenciones.

Alexis, por su parte, alternó un repertorio de aciertos y fallos imposible de calificar en un futbolista tan hiperactivo. Hasta el único gol de este extrañísimo primer tiempo reflejó ese paroxismo y desbarajuste. Alves centró buscando el pie de alguien pero a Cesc, siempre sorprendente, se le ocurrió rematar con la cabeza desde muy lejos. Lo bastante fuerte para que Cristian debiera esforzarse pero no tanto como para convertirlo en testarazo imparable.

El 0-1 fue la oportunidad

Ni el peso de un gol evitable ni la adversidad de jugar contra el marcador desanimaron al Espanyol, seguramente consciente de que el Barça de anoche, fuera por su propio trabajo o por la desorientación azulgrana, no carburaba. El equipo de Pochettino siguió manteniendo una actitud de combate y una exposición defensiva que el Barça no fue capaz de aprovechar ni antes ni después del descanso. Sólo Iniesta deslumbraba reiteradamente ante un rival pegajoso que hizo de la paciencia su mejor virtud, como si mantener el 0-1 significara tener la puerta abierta, una gran oportunidad y no una amenaza.

El Barça, por el contrario, confió demasiado en su fútbol control para atar un marcador tan corto como vital. Cálculo equivocado. Como se demóstró, el riesgo de no amarrar acabó en una pequeña tragedia, el gol de Alvaro Vázquez en el único despiste defensivo de todo segundo tiempo, demasiado tarde (minutos 39) sin embargo para una enmienda relámpago apenas vislumbrada en un intento de 'Iniestazo' en el descuento en una triple secuencia de remates, uno de ellos a lal cruceta de la portería, del mismo modo que antes otros dos remates, de Cesc y de Messi, se habían estrellado en la base del poste. En esa misma jugada, Turienzo pudo intervenir con un penalti que sin duda vio y calló.

Crónica publicada por Francesc Perearnau, MD.com

































Fuente fotos: www.mundodeportivo.com y www.laopiniondemalaga.es
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