La gran actuación del Barcelona en la primera parte sirvió para sumar los tres puntos contra un Atlético decepcionante, superado por los azulgranas en los mejores cuarenta y cinco minutos de la temporada. Si no hubo goleada fue porque al equipo barcelonista le faltó acierto en los metros finales. Y por el bochornoso atraco de Sánchez Martínez, que permitió al Atlético jugar con once la segunda parte: no le dio la gana de señalar un penalti de Giménez, que debió ver la segunda tarjeta por pisotón a Joao Félix. Y que perdió por completo los papeles en el tramo final del partido.
Al Barcelona le hacían mucha falta los puntos, para no quedarse descolgado de la cabeza demasiado pronto. Y los jugadores azulgranas salieron con mucho ritmo, con mucha intensidad y muy metidos en el partido. Faltó contundencia y finura en el remate del Barcelona para que el partido llegase a la última media hora con todo el pescado vendido. Pero al final la Xavineta se llevó por delante al vehículo que conduce Simeone, sea cual sea su nombre.
Xavi repitió el planteamiento del día del Porto, pero intercambiando las posiciones de Araujo y Koundé: el uruguayo al eje y el francés, al lateral. Buena decisión: Koundé dio profundidad y amplitud por la derecha, igual que hizo Cancelo por la izquierda, con lo que los centrocampistas azulgranas encontraron muchas líneas de pase en la creación de juego. Araujo, como central, se situaba sobre Griezmann y Christensen, sustituto de Iñigo, lesionado en el calentamiento, sobre Morata. Buena presión del Barça y buena salida de balón, sobre todo a cargo de un De Jong excelso.A estas alturas de la temporada, mucho habían dado la chapa con el cambio de estilo del Atlético del Cholo Simeone. Y, al mismo tiempo, mucho cachondeo con la fortaleza defensiva del Barça de Xavi campeón de la pasada Liga. Pero, a la hora de la verdad, la Xavineta hizo un primer tiempo en el que enseñó como quiere jugar su entrenador. Delante, un Atlético supuestamente de lujo atropellado por el equipo azulgrana.
Vimos un Barcelona dominador, con ideas, con un juego colectivo equilibrado, creador de ocasiones y con sacrificios defensivos. Un Barcelona con autoestima que deparó un arranque de partido trepidante en el que generó dos ocasiones muy claras en los dos primeros minutos. La primera, de Raphinha después de un gran pase de Pedri. El remate fue deficiente. Y la segunda, un minuto después, de Lewandowski, cuyo remate tras una recuperación de Joao Félix fue rechazado por Mario Hermoso.
Impulsado por ese arranque y tras una llegada del Atlético con rechace de Araujo, se produjo una gran salida de balón de Frenkie de Jong, en combinación con Gündogan y apertura a Raphinha, cuyo centro, muy intencionado, fue mal rematado por Lewandowski, que lo que hizo fue alejar el balón de la portería de Oblak. El polaco volvió a rematar con el punto de mira desviado, solo en el centro del área, en un centro de Koundé tras llegar a la línea de fondo. Ya había recibido tres pases de gol de sus compañeros en el primer cuarto de hora. Parece que el problema no es que no le den balones.
No llegaba el gol, que estaba reservado para la venganza de Joao Felix. Una nueva subida de Koundé derivó en pase a Raphinha, que hizo la diagonal i asistió a Joao Felix, que con el control se fue de Molina, encaró a Oblak y le picó el balón por encima.
El Barça merecía más y si no se fue con mayor ventaja al descanso fue por el arbitraje. Tras un amago de reacción del Atlético en un chut cruzado de Hermoso y en una transición de Marcos Llorente con pase a Griezmann y con intercepción milagrosa de De Jong, Oblak evitó el segundo gol del Barça casi al descanso: una recuperación de Lewandowski derivó en centro hacia Joao Félix, cuyo remate fue detenido por el meta atlético. En el momento del remate, Giménez, que tenía tarjeta, pisó deliberadamente al portugués en el área. Penalti robado y segunda tarjeta escamoteada en un arbitraje grotesco de Sánchez Martínez.
Tenía que reaccionar el Atlético, pero a pesar de tres cambios de golpe, entre ellos el de un Giménez que ya debería haber visto dos tarjetas, el equipo que llevó el partido cerca de la portería rival fue el Barcelona, que si no materializó la superioridad que seguía mostrando, como en el primer tiempo, fue por falta de determinación en los metros finales y por el palo, en un remate de Raphinha desde la frontal. No llegaba el segundo y el Atlético efectuó su primer aviso en una transición que inició Morata bajando a buscar el balón, lo continuó Lino por la izquierda y lo finalizó Griezmann con un remate desviado. Y Morata volvió a rematar al rato.
Al Barcelona le había faltado solamente gol y el Atlético se plantó en la última media hora con opciones. Avanzó líneas y la Xavineta ya no circulaba con la superioridad ni la finura inicial. Al lanzamiento por parte de Memphis de una falta de Koundé sobre Lino inventada por Sánchez Martínez respondió Iñaki Peña con un paradón en la mismísima escuadra. Lewandowski, en una transición, cruzó demasiado. Volvió a salvar el empate Iñaki Peña en el último suspiro y aún tuvo tiempo Sánchez Martínez de escamotear otro penalti al Barcelona, en este caso a Fermín, con un tres contra uno ante puerta.
Crónica publicada por Joan Poquí, MD.com
Fuente fotos: www.mundodeportivo.com
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