Ansu despierta a un Barça que no sabe amarrar el triunfo
El joven de 16 años entró al descanso, marcó y cambió el signo de un partido que estaba condenado a la derrota.
El FC Barcelona no pasó del empate en Pamplona (2-2) después de regalar a Osasuna un primer tiempo donde los de Valverde fueron inofensivos y muy blandos en defensa. Un gol de Ansu Fati, el goleador más joven de la historia del Barça, con 16 años, igualó el choque y cambió el signo del encuentro. Arthur, recién ingresado en el verde, puso el segundo, pero los de Valverde no supieron amarrar la victoria y un tanto de penalti por manos de Piqué derrumbó las esperanzas de victoria azulgrana.
El partido comenzó con el Barça mal posicionado, como si se hubiesen agitado las piezas de un tablero de ajedrez y ninguna ocupase el lugar que le tocaba. Los tres de delante, Pérez, Griezmann y Rafinha, merodeaban más la divisoria del medio del campo que el área, De Jong era un oasis en el centro del campo cuyo compañero, Sergi Roberto, no lo divisaba ni a lo lejos, y abajo los zagueros andaban todavía dormidos. Solo los gritos de Piqué ponían algo de orden, y el central hasta se animaba a subir con el esférico, pero ni así. Delante, un equipo enchufado, activo, rápido y motivado. Ante esta descripción no es de extrañar que el primer tanto local llegase cuando algunos aficionados todavía no se habían terminado el café. Minuto seis de partido, desajuste defensivo colectivo, llegada local por la derecha, centro pasado al segundo y Roberto Torres fusiló a Ter Stegen libre de marca. Y a partir de ahí, a remolque en El Sadar, casi nada. La reacción de Osasuna fue clara. Un 4-4-2 más que ordenado mientras que la reacción del Barça fue nula. A los de Valverde se les veía incómodos con el balón y sin él, algo poco habitual. El único peligro culé llegaba mediante destellos del último en llegar, el joven Carles Pérez, atrevido como pocos y participativo desde el primer minuto, pero el Barça estaba sin profundidad y no encontraba hombres que rompieran tras la zaga rojilla. Y así llegó un descanso casi implorado por los azulgrana tras no disparar ni siquiera una sola vez al arco de Rubén.
Roberto, de nuevo al lateral
El regreso de Sergi Roberto al centro del campo duró dos jornadas y media. Se las prometía felices el de Reus con la confianza ciega de Valverde en Semedo, pero el técnico extremeño decidió ejecutar un regreso al pasado para sustituir al portugués por el joven Fati (16 años) y devolver a Roberto al carril diestro de la zaga.
Cambio de rumbo
El descaro mostrado en su estreno ante el Betis fue a más en su segunda oportunidad con el primer equipo azulgrana. Ansu Fati, con tan solo 16 añitos, logró lo que no había hecho ninguno de sus compañeros, ya más veteranos, en 45 minutos. Marcarle un gol a Osasuna. El tanto de cabeza, sí de cabeza, con sus 172 centímetros, dio un vuelco al partido.
El Barça apagado del primer acto se volvió un equipo con muchas luces y Arthur entró para tomar la batuta del equipo. Se esperaba que el brasileño guiara a los suyos y lo que hizo fue dar la vuelta al choque. Recibió de Carles Pérez poco más allá del punto de penalti tras una magnífica recuperación de Sergio Busquets en la frontal del área rival, se la oriento y conectó un pase con efecto a la red para poner el 1-2. El Barça había despertado de la pesadilla, los cambios de Valverde habían funcionado, pero quedaban por delante 26 intensos minutos en un estadio que apretaba sin cesar.
Penalti de Piqué
El central azulgrana agotó todas las manos buenas en el torneo de póker de la semana pasada donde quedó segundo, y una mano mala en Pamplona le costó un penalti al Barça que Roberto Torres transformó a nueve para el final.
Carles Pérez pudo marcar el gol de la victoria a dos del final pero controló muy mal solo ante Rubén y el meta atajó sin problemas.
Empate y otros puntos que se escapan fuera para un Barça de Valverde que todavía no sabe lo que es ganar a domicilio esta Liga.
Crónica publicada por Ángel Pérez, MD.com
Fuente fotos: www.mundodeportivo.com y www.laopiniondemalaga.es
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