Barça 1 - PSG 4 (Vuelta 1/4 Final Champions League) (16-4-2024)

El Barcelona roza la proeza con uno menos
 
Se quedó con diez por roja a Araujo tras el 1-0, de Raphinha, se vino abajo en el segundo tiempo y no se pitó un penalti claro a Gündogan
 
Arbitraje sospechoso favorable al equipo favorito de la UEFA y épica inútil en los minutos finales tras goles de Dembélé, Vitinha y Mbappé (2, uno de penalti y otro ya con el Barcelona a la desesperada)
 
Definitivo: el Barça se despide del Mundial de Clubs de 2025, que jugará el Atlético
 
Pudo haber sido una noche histórica para un Barcelona por el que nadie daba un duro hace un par de meses. Se puso por delante, aumentando a dos goles la ventaja en la eliminatoria, en el primer zarpazo de Lamine Yamal y Raphinha, pero una decisión muy rigurosa del árbitro rumano, expulsando a Araujo por una carga sobre Barcola, resucitó a un PSG que había comenzado en la misma línea de impotencia de la ida. El trencilla no pitó un penalti de Vitinha a Gündogan y al final del partido repartiría amarillas y rojas a diestro y siniestro, haciendo méritos ante Al Khelaïfi, el auténtico jefe del organismo europeo. El conjunto francés, uno de los favoritos de la UEFA, impulsado por un arbitraje sospechoso, reaccionó con goles de Dembélé, Vitinha, Mbappé de penalti y otra vez Mbappé, que marcó con el Barça a la desesperada. Después, la épica no bastó para lograr una proeza que estuvo muy cerca y el Barcelona se quedó a las puertas de las semifinales, aunque el resultado, un 1-4, es excesivo.
 
Sin duda, el planteamiento inicial de ambos entrenadores fue el previsto. El Barça, como en París, dejaba hacer al PSG a la espera de que se generasen espacios. El conjunto francés tocaba y tocaba, acaparaba el balón, con un equipo más reconocible que en el Parque de los Príncipes, con Hakimi en el once tras su sanción y Mbappé esta vez por el centro, dejando la banda para un Barcola que hizo mucho daño por la izquierda.

Gran esfuerzo de un Barcelona serio mientras jugó con once. En igualdad, el PSG apenas generó peligro pese a su aparente dominio y el alto ritmo con el que salió, gracias a la gran concentración de un Barcelona que salió con el once previsto, con un Pedri que salió de inicio y le costó mantener el ritmo elevado con el que esta vez jugó el conjunto de Luis Enrique. Cuando Araujo fue expulsado, entró Iñigo y el sacrificado fue Lamine Yamal, que había sido clave en el 1-0. Poca cosa podía hacer Xavi en aquellas circunstancias.

Después del 2-3 de la ida, el conjunto francés estaba obligado a ganar y su puesta en escena fue buena prueba de ello. Entró en el partido presionando muy arriba, situando el juego prácticamente en la frontal del área barcelonista y monopolizando el balón. Como en el inicio en la ida. Y, como en París, sin generar ocasiones de gol. Sí la creó el Barcelona en la primera ocasión que tuvo. Y esta vez la aprovechó de primeras.

El PSG dejaba, en su presión, que fuese Araujo quien saliese con la pelota, y situaba la presión sobre Cubarsí y De Jong. Pues Araujo lo aprovechó para abrir a la derecha, a Lamine Yamal, con ventaja. El joven extremo puso la directa, rompió por banda y mandó un centro preciso a la frontal de la pequeña, donde apareció, prácticamente en su primera intervención, Raphinha para marcar el primer gol y destrozar el orgullo parisino.

Tocado por el gol en el primer acercamiento del Barcelona, el PSG se estaba desdibujando sobre el césped de Montjuïc. Dembélé, al que el árbitro perdonó la tarjeta en un pisotón cobarde a Cubarsí, incluso tropezaba y perdía el equilibrio por sí mismo, en la línea de sus años en el Camp Nou y Mbappé seguía con su hibernación, esta vez por el centro del ataque, hasta que ambos despertaron de su letargo y forzaron una doble ocasión con acciones salvadoras de Ter Stegen y Koundé, antes de una jugada clave.

Rechazó Ter Stegen un buen disparo de Mbappé, el primero, tras una apertura de Dembélé a la izquierda, hacia Barcola, que dejó el balón para el remate de Mbappé. Y, acto seguido, Koundé rechazó con la cabeza en el remate de Dembélé. Poco después, una pérdida de Araujo desembocó en una transición de Barcola. En su reacción, Araujo cargó sobre Barcola, que cayó teatralmente en el borde del área y logró que el árbitro rumano expulsase al bravo central uruguayo, que aunque la roja fue muy rigurosa midió mal en su carga a Barcola. Y, en cualquier caso, hacer la falta fue un riesgo innecesario con dos goles de ventaja en la eliminatoria y muchos minutos por delante, que el conjunto azulgrana tuvo que jugar con diez.

Impotente en el juego, el PSG resucitaba gracias al impulso arbitral y lo aprovechó. Al Barcelona le tocaba apretar los dientes y remar contra corriente y su resistencia duró poco. Una apertura de Vitinha a Barcola desembocó en centro que no pudo rematar Mbappé pero sí Dembélé, que después de años burlándose del Barcelona le marcó el segundo gol en dos partidos, con Cancelo llegando tarde al marcaje después de más de media hora a un buen nivel en la vigilancia del extremo.

Todas las opciones del Barcelona pasaban, de repente, por la resistencia. Ya sabía el conjunto de Xavi que el PSG iba a quemar sus naves en la segunda parte y que de parte del árbitro rumano de nombre Kovács no iba a llegar ninguna ayuda. Más bien todo lo contrario.

Un balón que se envenenó a Ter Stegen y un chut demasiado cruzado de Barcola tras acción colectiva del ataque ya pusieron a prueba la resistencia cardíaca de Montjuïc en los primeros minutos. Y poco después, en un córner, Vitinha recibió en la frontal sin que nadie le vigilase y lanzó un disparo ajustado al palo que Ter Stegen no pudo atajar, con lo que el PSG empataba la eliminatoria. Y, poco después, se ponía por delante: si Cancelo ya había sido superado en el gol del empate, volvió a salir retratado en una acción sin demasiado peligro en la que cometió un penalti claro y absurdo que Mbappé transformó.

Solamente quedaba la carta de la épica, contra el PSG y contra un arbitraje mafioso que no quiso saber nada de un penalti sobre Gündogan. El ambiente estaba muy crispado y el Barcelona, con Xavi expulsado, igual que el entrenador de porteros, De la Fuente, dependía de un chispazo que casi llega en un chut desde la frontal de Lewandowski que rechazó Donnarumma en su primera buena acción de toda la eliminatoria. Raphinha cruzó demasiado tras pase en profundidad de Ferran y en los minutos finales el Barça cambió a defensa de tres con los cambios. Pero, en una transición, Mbappé marcó el cuarto tras dos remates salvados por Ter Stegen, uno al propio Mbappé y otro a Asensio, y Montjuïc enmudeció.
 
Crónica publicada por Joan Poquí, MD.com

RESUMEN Y GOLES

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Fuente fotos: www.mundodeportivo.com

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