Slavia Praga 1 - Barça 2 (23-10-2019)


Triunfo decisivo y muy sufrido

El Barça superó con mucho trabajo a un Slavia de Praga que igualó el gol inicial de Messi y obligó a los de Valverde a defenderse hasta el final tras encajar un autogol

Lo habían anunciado Valverde y Lenglet, jugador elegido para atender a los medios en la víspera: para ganar habría que sudar. Y así fue. El Barça sumó tres puntos decisivos muy trabajados, ante un Slavia que obligó a Ter Stegen a vestirse de super-héroe una vez más y que apretó hasta el último suspiro después de haber igualado el gol inicial de Messi. Una falta lanzada por el argentino que acabó con otro gol en propia puerta en acción de Suárez decidió el partido en la segunda parte, no sin grandes dosis de sufrimiento.

El Barça salió a apretar arriba muy fuerte para robar balones y encerrar al Slavia. El resultado fue bueno, pero con el paso de los minutos el equipo azulgrana (amarillo ayer) fue cediendo terreno ante la temida (y confirmada) superioridad física de los checos. Hubo que pelear y poner oficio sobre la mesa para resistir en los peores momentos. Y clase para definir en los momentos de brillantez, pese a que el Barça había fallado en la fase que mejor se le da supuestamente: el control.

El plan inicial de Valverde dio frutos inmediatos. A los tres minutos, robo de balón de Messi en ataque, combinación con Arthur y remate a gol del argentino, lanzado, que no perdonó con la zaga checa completamente desordenada en el arrollador arranque barcelonista.

Hubo más ocasiones, como un remate alto de Luis Suárez (por poco) y un chut de De Jong, poco antes del descanso, como colofón de una transición en que todos los delanteros del Barça se durmieron a la hora de rematar, pero poco a poco el Slavia se sacudió el miedo escénico que le imponía el Barça y comenzó a entrar en juego.

El peligro checo fue llegando por oleadas, a partir de duelos ganados en el centro del campo y de la velocidad de los laterales del Slavia, que compensaba la falta de precisión de sus dos pivotes. La presión alta del Barça, que tan buen rédito dio de inicio, empezó a pesar en las botas de los jugadores y el Slavia logró separar las líneas de los de Valverde.

Ahí surgió el gigante Ter Stegen para llegar al descanso con la ventaja a buen recaudo: paradón a chut de Zeleny tras internada por la izquierda de Boril; una segunda parada tras chut de Masopust, solo por el centro; y un despeje a córner a remate del punta, Olayinka. Todavía hubo un remate demasiado cruzado tras un resbalón de un Piqué desastroso.

El momento pujante del Slavia se mantuvo en la segunda parte y una gran subida de Boril a posiciones de ataque se tradujo en el gol del empate, con el conjunto checo lanzado y el Barça, por momentos, descolocado.

Messi se hace con el partido

Si antes había aparecido Ter Stegen, en la segunda parte apareció Messi, silbado e increpado permanentemente por el ruidoso público local, sobre todo después de ser agredido por Boril, que vio la tarjeta. Consideraron a Leo culpable. El argentino lanzó una falta que Masopust había cometido sobre Alba. Buscó a Suárez, que remató a portería, la pelota rebotó en un desafortunado Olayinka y entró a gol.

Messi pudo sentenciar en una gran jugada marca de la casa tras sortear rivales y rematar, pero Kolar sacó con los pies. Y también en una acción de Alba con centro final. Leo remató de manera defectuosa. Tuvo dos también Suárez, la segunda tras acción eléctrica de Dembélé, que entró por un Griezmann desaparecido en la segunda parte.

Volvió a sobrevivir, primero, y renacer después el Slavia, con una serie de ataques en tromba que obligaron al Barça a defender con las tripas y el esfuerzo. Kolar volvió a salvar un gol de Messi en una contra y el Barça sufrió hasta el final.

Crónica publicada por Joan Poquí, MD.com















































Fuente fotos: www.mundodeportivo.com y www.laopiniondemalaga.es

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