Real Madrid 0 - Barça 3 (17-11-2005)

Baño antológico del Barça en el Bernabéu.

Pavoroso golpe de autoridad en el Bernabéu del Barça, que retrató la miseria de su enemigo como ya no se recuerda. Acabó ovacionado tras un repaso lapidario (0-3, corto en goles) ante un Madrid al que sólo le faltó pedir clemencia a Messi, Eto'o y el ilusionista Ronaldinho. El próximo Balón de Oro firmó el epitafio con un par de obras cumbres del desborde coronadas con gol, no merecían menos. Pocas veces ha sido tan nítida la diferencia -un abismo- entre los dos grandes.

Es pronto para hacer sentencias, pero aunque estos duelos no ganan ligas sí son un barómetro de estados de ánimo, de medir jerarquías para las grandes empresas. Y el Barça está en disposición de retar lo que le echen y el rival blanco está para taparse y salir huyendo, a la espera de mejores épocas. El calibre de la tortura-derrota, el derroche de superioridad del Barça, puede traer consecuencias imprevisibles en la entidad de Florentino Pérez. ¿Otra vez la agonía de un modelo? El público, el que desfiló a la media hora de la segunda parte porque ya no aguantaba más, pedirá cabezas y poco le importará lo concurrido de la enfermería y las excusas. Porque semejante estado de shock, de acabar rendidos al rival, no se veía desde que pasó por Chamartín el Ajax de Van Gaal o el propio Milan de Sacchi.

La tropa azulgrana demostró como bloque estar a años luz de una suma de estrellas sin patrón de juego que llegaban tiesas de fútbol, amparadas ficticiamente en el resultado. ¿Ni lo uno ni lo otro? Habrá que convenir que la distancia en la clasificación no era real vista la cátedra del Barça del minuto uno al 90. Pocas veces se ha palpado tal desigualdad en un envite pasional como el clásico. El partido acabó con un mosquito tratando de morder a un elefante que lo había aplastado delante de su público.

La alineación de Rijkaard ya fue una declaración de intenciones, de autoridad. A ganar con todo en el Bernabéu para lo que metió lo más pavoroso de su maquinaria ofensiva. El holandés prefirió al argentino Messi, cuchillo que corta por donde te pille, frente a la veteranía de Giuly en la derecha. Y no se equivocó. El pibito de 19 años se graduó 'cum laude' al lado de Eto'o en versión pantera y un embriagador Ronaldinho. De susto en susto, sobresaltos continuos para la zaga blanca. Imposible secuestrar el descaro de un futbolista con maneras de figurón grande. El chico parecía haber nacido en uno de estos partidos, pedir la pelota y encarar lo que se ponga enfrente... Por su enorme radio de acción, por ese talento de llevar la pelota cosida y su capacidad de provocar faltas fue la pesadilla sin antídoto para los blancos.

Luxemburgo le sedujo más explotar las últimas gotas de Zidane que el poder de Baptista desde segunda línea. Pero este Madrid ni este Zidane están para un mínimo de grandeza, sobreviven a base de Ronaldo y el de ayer no era el pegador impenitente, aún más convaleciente que su equipo. Tardará tiempo el Bernabéu en digerir la afrenta de un grupo sin tirar puerta en 75 minutos contra otro que regaló fantasía y llegadas con una frecuencia pasmosa.

Pronto el Barça se apoderó del balón e impuso el ritmo que quiso. A su antojo, alto para ahogar a un Madrid que trataba inútilmente de espantar a un gigante al que no hacía ni cosquillas. Casillas en varios tramos parecía una diana, tiro al muñeco. El Barça actual trata infinitamente mejor y más rápido el cuero que un Madrid que fía su poder en los balones largos a Robinho y Ronaldo. Eto'o avisó antes de clavar su primera pica tras un desmarque extraordinario y otro pase ejemplar de Ronaldinho. El camerunés nunca falta a su cita en un estadio talismán donde cuenta apariciones por goles. A la segunda colocó su 10ª diana antimadridista al aprovechar una estampida del 'factor Messi'. Gol de centrodelantero relámpago que metió la puntera ante la cadera más rígida de Sergio Ramos.

A los blancos ni les quedó orgullo y el Barça no se cansó de probar por varios frentes. Hurgó sin descanso porque le sobraba fútbol, como aquel Barça de Cruyff del 0-5. Lejos de conservar el botín quiso más premio a su deslumbrante juego. Un equipo crecido, perfectamente engrasado, vio cielo abierto para meter mano a un equipo que se sostiene con muchos parches, muchas dudas y nulo peso específico. Un tenderete que se vino abajo cuando tuvo enfrente la máquina que fue el Barça de Rijkaard.

La segunda parte no mejoró nada sustancial para el Madrid, y lo peor es que Robinho, el hombre sobre el que se debe construir el futuro, pasó de puntillas por un derbi que le vino 10 tallas grande. Zidane, Pablo García y tantos otros no tuvieron presencia alguna. ¡Qué diferencia con un Messi revolucionario! Por si ya no caían chuzos de punta en el Bernabéu, llegó Ronaldinho y fabricó uno de los más formidables eslalons que el Bernabéu contempló. Arrancando desde su campo quebró las cinturas primero de Ramos, que no es precisamente un paralítico, para después dejar secó a Helguera con un simple amago. El gesto de Casillas delata la impotencia de todo el Madrid cuando el brasileño le fusiló a placer.

Quedaba media hora por delante y el aluvión siguió su curso. El Madrid trató de contestar al monólogo esperando la lógica relajación azulgrana. Los blancos se acercaron más, pero se vio que levantar semejante losa -más que el 2-0, la sensación de juego- era misión inhumana. Y otra vez Ronaldinho intentado salir del Bernabéu ovacionado. Lo logró con otra jugada individual de antología. El Barça se acuesta como jefe de la Liga, y lo blancos pensando cómo digerir un repaso en lo que el 0-3 fue lo menos humillante. La magnitud del desastre traerá cola. A la media hora de la segunda mitad, parte del público ya estaba desfilando por los vomitorios y los que se quedaron lo hicieron para homenajear con grandeza al eterno adversario. Lo nunca visto.

FICHA TECNICA:

REAL MADRID 0
Iker Casillas; Salgado, Sergio Ramos, Helguera, Roberto Carlos; Beckham, Pablo García (Baptista, min. 66), Zidane, Raúl (Guti, min. 58); Robinho y Ronaldo.

BARÇA 3
Víctor Valdés; Oleguer, Márquez, Puyol, Gio; Xavi, Edmilson, Deco; Ronaldinho, Messi (Iniesta, min. 69) y Eto'o.

Goles:0-1. Eto'o (15'); 0-2. Ronaldinho (59'); 0-3. Ronaldinho(77')

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