El Barça se agarra al 0-1 y a Pedri para ser más líder
Un tanto del canario en la primera parte resolvió un partido de mayor superioridad pero sin precisión para rematarlo; los azulgrana van directos al éxito
La conexión de Pedri, inmenso, con Lewandowski resultó crucial, como también la actuación defensiva de un Araujo espectacular y de un De Jong magnífico en la media
Es el cuarto partido de los cinco últimos de laLiga que se ha ganado por la mínima; en total son siete jornadas
Abonados al 0-1 o al 1-0, y van siete victorias por la mínima, cuatro de ellas en las últimas cinco jornadas, el Barça se ha convertido en un líder casi perfecto. Eleva hasta los 11 puntos la brecha momentánea con el Real Madrid y encadena el sexto triunfo fuera de casa y ya van 16 partidos sin encajar. Dominó más pero adoleció de nuevo de no saber rematar las jugadas, privándose de un segundo gol que le hizo sufrir al final en exceso. Y otra vez tuvo que ser Pedri quien saliera al rescate. Él y un Araujo inmenso, espectacular. Que pase el siguiente, el Manchester United en la Europa League.
El partido se las traía. No sólo por la envergadura de un Villarreal que se agarra a Europa sino porque en el banquillo del 'submarino amarillo' estaba sentado un Quique Setién de reciente y controvertido pasado azulgrana. Duró apenas medio año en Barcelona y eso suponía cuentas pendientes por saldar. Sin Busquets y Dembélé lesionados, con el dibujo de los cuatro centrocampistas como punto de partida, Xavi se inclinó de nuevo por De Jong y Kessie en unn doble pivote, con Gavi y Pedri por delante. Debía ser el día del marfileño y en su tercera titularidad y lo fue.
Hay partidos que suponen la reafirmación de una trayectoria. En su última salida con mayor pedigrí, el Barça supo agrandarse como jefe absoluto del campeonato. El Villarreal salió dispuesto a discutirle el balón sacrificando a Chukwueza, añadiendo un centrocampista más, Álex Baena, en el centro del campo y avanzando las líneas de presión. El equipo azulgrana supo adaptarse mejor al escenario y aunque al inicio le costó resolver el pase final, Lewandowski tuvo la ocasión más clara con una internada a pase de Pedri que Reina solventó con una buena parada.Lo más llamativo del primer cuarto de hora. Un preludio de lo que vendría inmediatamente después.
El Villarreal no renunció nunca al control del balón pero topó con un Barça, de nuevo, cimentado en defensa, sin resquicio alguno, muy fortalecido y resolutivo en ataque. Fruto de un robo de balón de Koundé sobre un quejoso Alex Baena, Raphinha filtró una acción para que Lewnadowski y Pedri combinasen con precisión quedándose el canario solo frente al portero. No perdonó. La tercera vez que Pedri abría la lata en este último tramo liguero después de Getafe y Girona. La cuarta vez que salía al rescate. Su conexión con el polaco destrozaba la defensa local. No fue una jugada aislada. Lo repetirían después. Los azulgrana firmaba una primera media hora magnífica.
Pero lejos de sentirse intimidado, el Villarreal pensó que combinando por el centro llegaría antes a Ter Stegen. No tenía más remedio. Supo hacerlo con precisión de cirujano. Le faltó, sin embargo, capacidad de resolución y le sobró precipitación. Un empujón de Foyth invalidó un remate de Yeremi. No esperaban, sin embargo, que la fatalidad les golpeara. En una jugada fortuita, Coquelin se retiraba lesionado y entraba, ahora sí, Chukwueze. El perfil más ofensivo del nigeriano obligó a los jugadores del Barça a improvisar una 'cumbre' en el campo para concienciarse del giro de guión. Lewandowski y De Jong daban las instrucciones. En la banda, Xavi aleccionaba a los laterales.
El dominio se mantuvo del bando azulgrana y sólo un par de acciones aislada, como una falta lateral alta de Parejo, mantenía las pulsaciones ofensivas amarillas. Dos jugadas pudieron estropear el buen juego culé. Un fuero de juego de Morales mals eñalado en el área y una mala cesión de cabeza de Pedri que pilló a Koundé mal ubicado y la carrera del 'comandante' acabó con el balón en el lateral de la red. Poco después llegó el pitido para ir al descanso, que los azulgrana y, sobre todo, Xavi agradecieron.
El Barça no arrancó la reanudación con la misma fluidez. Yeremi, en un par de ocasiones, una de cabeza, le advirtió de que necesitaba espabilar. Y lo hizo, pero Lewandowski, desmarcado, golpeo el balón sin convicción. No fue ni centro ni tampoco un disparo a puerta. Los azulgrana se resistían a dar un paso hacia atrás. Debían aplicarse más porque estaban jugando con fuego. Suerte que Araujo está pletórico y solucionó en la emergencia una oportunidad de Yeremi. Más tarde, volvería a salvar al equipo en otras dos internadas.
Al Barça le urgía un segundo tanto y lo intentó con transiciones rápidas, las dos desbaratadas por Raphinha, una por lanzar un balón alto y el otro por no saber qué hacer. Un Villarreal que arriesgaba mucho quería aprovecharse de la indefinición culé.
Pasaban los minutos y el Barça no remataba el trabajo. El segundo tanto no hacía acto de presencia. Xavi tardaba en hacer los cambios y el Barça improvisaba contragolpes que no sabía cómo finiquitar, acciones con ventaja demasiado claras que desperdiciaba. Con tanta negatividad, el susto fue morrocotudo para el Barça con un gol anulado por fuera de juego de Chukwueze. Ferran Torres tuvo el 0-2, pero paró Reina, como antes en otro disparo de Lewy.
Crónica publicada por Gabriel Sans, MD.com
Fuente fotos: www.mundodeportivo.com y www.laopiniondemalaga.es
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