Nueva gran actuación de los chicos de Koeman, con paso adelante notable de Griezmann y Dembélé y reafirmación de Braithwaite como ‘nueve’
El Barça del Plan B de Koeman ganó sin titubear en Budapest y se sitúa a un solo triunfo de cerrar la fase de grupos de la Champions con pleno. Un primer tiempo impecable, con intensidad, ritmo y eficacia, sentenció al Ferencvaros y en la segunda mitad un Barça más contemplativo gestionó esa ventaja sin correr riesgos y sin dejar de dominar al rival.
Los goles de Griezmann, una acción de auténtico crack, Braithwaite y Dembélé de penalti reflejaron en el marcador la superioridad del conjunto de Koeman, que no dejó espacio para la sorpresa del Ferencvaros. Jugadores como Braithwaite y Mingueza, en su tercera titularidad consecutiva, van ganando confianza, aunque el central cometió alguna imprecisión en la segunda parte. Pjanic volvió a jugar y, en general, Koeman pudo gestionar esfuerzos y dio incluso el tramo final del encuentro a Riqui Puig y Aleñá, con diez minutos finales para Konrad.
Sobre todo en ese gran primer tiempo, el partido fue prácticamente un monólogo del conjunto barcelonista. No puede llamársele azulgrana, porque volvieron a jugar con una camiseta que no era la primera. La de la ‘senyera’, en este caso. Y ya van doce desplazamientos consecutivos. De amarillo (en Turín fue de rosa y en Kiev, de negro), pues, el Barça avasalló al Ferencvaros en todos los sentidos: tuvo el balón, lo movió con criterio y, las pocas veces en que lo perdía, presionaba para recuperarlo rápido. Incluso pasados de vueltas a veces: Sergio Busquets se ganó una amarilla por un pisotón excesivo con el equipo ganando ya 0-3 y se jugó la segunda poco después, en una falta al borde del área.
Los laterales fueron incisivos, tanto Dest como Alba, y los dos primeros goles llegaron por el ala izquierda, que fue letal. Griezmann, por detrás de Braithwaite, se sintió muy a gusto y lo demostró rápidamente. Un centro de Jordi Alba fue rematado de tacón por el francés, entrando desde su posición de mediapunta. Un golazo que confirma la tendencia al alza del crack francés.
La goleada, en un cuarto de hora
Braithwaite había rematado fuera por poco un centro de Dest en la primera ocasión del Barça. La segunda que tuvo entró. El centro, también desde la izquierda, fue de Dembélé y el delantero danés remató de primeras, como un ‘nueve’ puro desde el área pequeña, para lograr el 0-2. Y aún mantuvo su velocidad de crucero cuando recogió un pase en profundidad y, con campo por delante, ganó por velocidad al último central, Frimpong, que cometió penalti sobre el danés e, increíblemente, no fue ni siquiera amonestado.
Del mismo modo que en la jornada anterior, ante el Dinamo Kiev, Griezmann había cedido el lanzamiento de un penalti a Braithwaite, esta vez Martin lo cedió a Dembélé, que lo ejecutó de forma perfecta, engañando al meta Dibusz.
Ousmane fue un ciclón por la izquierda y ya en el segundo tiempo protagonizó dos jugadas individuales que acabaron fuera por poco. Y acabó de capitán del equipo, ahí es nada. Del dispositivo ofensivo que puso en marcha Koeman en Budapest, sólo anduvo algo desdibujado Trincao, sin acabar de romper por su banda. Tuvo una tenue reacción en la segunda parte que se fue diluyendo. Erró una gran ocasión solo ante el meta a pase de Dembélé.
También aflojó el festival del Barça en el tramo final y Neto atrapó un cabezazo de Baturina, hombre de refresco, en el primer remate del Ferencvaros entre los tres palos, más allá del minuto 70. Pjanic chutó alto y entre Riqui Puig y Dembélé malograron el cuarto tanto tras un gran robo del de Matadapera. El único lunar del francés en una muy buena acción de Riqui, que ya en el descuento lanzó un gran pase a la espalda de los centrales al propio Dembélé, que picó fuera por encima de la salida del portero.
Crónica publicada por Joan Poquí, MD.com
Fuente fotos: www.mundodeportivo.com y www.laopiniondemalaga.es
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