El Barça extravía el gol y pierde otros dos puntos en Getafe
El equipo de Xavi empata ante a cero por segundo partido consecutivo en la Liga y lleva tres sin marcar contando la Copa
En un partido sin dominio, sin juego, el equipo azulgrana no impuso su condición de líder y está impreciso en el tramo más decisivo
Cuando dos equipos no saben cómo, cuando ya les vale sumar, el empate les sirve. Un punto para acercarse al título y el otro para alimentar la permanencia. Pero Getafe y Barça acabaron maldiciendo la pérdida de dos. Para los de Xavi supone la segunda igualada seguida sin marcar, dejando que el Real Madrid se anime acercándose un poco. Tenían en la mente el +13 y regresan a casa con +11. El colchón es mullido, muy mullido, pero no se pueden dormir más. Para los de Sánchez Flores supone un darse cuenta de que hubieran podido dar la campanada.
Segundo partido seguido de Liga sin marcar, tercero contando el Clásico de Copa. Demasiado tiempo para un equipo que quiere ser campeón marcando diferencias. El Barça ha perdido la brújula goleadora en un tramo decisivo. No sabe dar con el norte, aunque al menos sí sabe dónde está el sur defensivo. Y eso, esta temporada, es mucho. El problema es que ha extraviado el gol, justo cuando debe sentenciar el campeonato. Un punto de debilidad o de exceso de confianza. Xavi dijo que se habían perdido dos puntos ante el Girona y tiene motivos para decir lo mismo ante el Getafe.
Fue un choque táctico, de pizarra y muchos trazos, con Xavi rediseñando un Barça distinto. Balde, de sorprendente extremo dejando su puesto a Alba y en el banquillo a Ansu y Ferran y un centro del campo reforzando a Busquets. Kessi, redoblando esfuerzos y los laterales, sin extremos de los que preocuparse, jugando por dentro. Al final, el remozado sistema no tuvo éxito.
Certero, confuso o descabellado, el plan de Xavi recibió la primera sacudida a los diez minutos cuando Sergi Roberto se rompió los isquiotibiales de la pierna izquierda. El técnico decidió retocar lo mínimo. A pesar de que Koundé estaba convencido que volvería a la banda, Eric García ocupó el vacío del de Reus. Minutos más tarde, el técnico se lo repensó y le desplazó al eje defensivo para no exponerlo.
El tablero dio para cuatro ocasiones. Las dos del Getafe, cabezazos altos y al aire de Munir y Unal. La doble del Barça acabó golpeando el poste. Primero, Raphinha después de una genialidad de Lewandowski jugando con el cuerpo y la inmediata de Balde, repelida por el mismo palo. Y todo partiendo de una zapatazo en largo de Ter Stegen para superar la presión local. Lo que no hace mucho era una desconsideración al estilo, una insensatez, hoy es un recurso inteligente.
En los siguientes minutos, los dos equipos parecían jugar al cero a cero. Más los locales, con el agua al cuello, que los azulgrana, que a rágafas, de manera imprecisa y desordenada, iban acercándose a la portería de un David Soria que tenía la sensación de jugar de visitante. En la grada de atrás, sólo se escuchaban a los aficionados azulgrana. Un cabezazo de Lewandowski, con acrobacia para la fotor del portero, les animó. De lo poco que les excitó en la primera parte.
En la reanudación, a los dos equipos, incomprensiblemente, les parecía irles bien el empate. Uno para seguir caminando hacia el título y al otro para verse fuera de las zonas de descenso. Un error grave. Porque de donde no hay, alguien puede encontrar petróleo. Lo intentó Kessi con un disparo y también Lewandowski, rematando de cabeza un centro de Alba. Sólo alguna genialidad individual podría cambiar el guión de un partido que nadie parecía querer ganar.
Crónica publicada por Gabriel Sans, MD.com
Fuente fotos: www.mundodeportivo.com y www.laopiniondemalaga.es
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