Los azulgrana empataron (1-1) ante el PSG, pero hicieron méritos para llevarse el triunfo del Parque de los Príncipes
Dos remates al larguero, Keylor Navas -el héroe local-, un error de Messi en el penalti y la falta de efectividad impidieron remontar el 1-4 del Camp Nou y los culés dicen adiós en octavos 14 años después
¡Verratti entró en el área en el penalti fallado por Messi!
El Barça se despidió de la Champions por primera vez en los octavos 14 años después, pero lo hizo compitiendo ante el PSG, mostrando una imagen muy diferente al 1-4 del Camp Nou de hace tres semanas y mereciendo mucho más de lo que reflejó el 1-1 final. Dos remates al larguero; Keylor Navas, que se erigió en el héroe local y la falta de efectividad de los azulgrana evitaron que el Barça se marchara con un triunfo del Parque de los Príncipes.
Koeman, con todo desde el inicio
La gesta era mayúscula y Koeman puso toda la carne en el asador desde el minuto 1. El técnico del Barça, consciente de que necesitaba marcar mínimo cuatro goles, apostó por colocar tres delanteros, pero manteniendo los tres centrales a tenor del buen rendimiento defensivo que estaba dando el equipo, que no había encajado en los últimos cuatro partidos y manteniendo a Dest y Alba como carrileros, acompañando en la media a Busquets y Pedri. Koeman cambió el 3-5-2 por el 3-4-3 que hizo célebre Cruyff.
El Barça se fue al descanso con 1-1, pero mereció llevarse una amplia ventaja. Navas, providencial; el larguero -un remate de Dest y un despeje del portero del PSG se estrellaron en la madera- y una mayor falta de efectividad del Barça, especialmente de Dembélé, que dispuso de las ocasiones más claras, evitaron con soñar con una remontada ya en el descanso.
Fue tal la superioridad del Barça en la primera parte, que hizo del campo del PSG su jardín particular, donde jugó el 66% de los primeros 45 minutos y una posesión del 70%. El único recurso de los de Pochettino para quitarse el miedo que tenían encima era Mbappé, al que buscaban con balones largueros. Y aunque el francés asustó poco a la portería de Ter Stegen consiguió sacarle una amarilla a Mingueza, que acabó sustituido en el 36 y anotó un gol tras un penalti completamente accidental de Lenglet -su cuarto de la temporada- ante Icardi en el 27.
Justo antes de ese tanto del PSG, el Barça estaba arrollando y había dispuesto de cuatro ocasiones claras: un remate de cabeza de Mingueza, un chut cruzado de Dembélé que detuvo Navas en dos tiempos, el disparo de Dest al larguero tras su internada por la izquierda y un centro de Dembélé desde la izquierda que Messi no logró rematar por poco.
Pero pese al jarro de agua fría que supuso el 1-0, el Barça siguió con la quinta marcha puesta. De hecho, solo cuatro minutos después, Dembélé tuvo el 1-1 a los cuatro minutos, pero de nuevo se estrelló con Navas. El Barça merecía el premio del gol y lo encontró con un obús de Messi en la frontal del área que se coló por la escuadra del exportero del Madrid.
Restaban solo tres minutos para el descanso, pero aún pasaron muchas cosas. En el 42, de nuevo Navas se lució, esta vez para rechazar con los pies un disparo de Busquets desde fuera del área. Y en tiempo de descuento, Kurzawa, en un intento de despeje dentro del área, golpeó a Griezmann y el árbitro no dudó en señalar el penalti.
Messi se fue a por el balón y disparó con potencia, pero Navas, desde el suelo desvió el balón, que se estrelló contra el larguero. Así acabó el primer tiempo.
El Barça pierde fuelle tras el descanso
Tras el descanso, el Barça no le perdió la cara al partido, pero poco a poco fue pagando el gran desgaste de la primera parte. Los de Koeman siguieron acercándose a la portería de Navas, pero esta vez con menos peligro, salvo en dos acercamientos. En el minuto 67 el meta del PSG detuvo un cabezazo de Busquets tras un centro de Messi y en el 75 Dembélé -que ayer actuó de ‘9’-, no tuvo ese instinto de ‘killer’ para rematar un buen centro de Alba por la izquierda. Al final, y pese a que Koeman acabó poniendo todo lo que tenía en el banquillo -entraron Trincao en el 66 y un triplete cambio con Pjanic, Braithwaite e Ilaix en el 78’-, pero no dio para más. Sin embargo, el Barça se marchó de París con orgullo y con las opciones intactas para soñar con un doblete con la Liga y la Copa del Rey.
Otra cosa muy distinta será pensar en volver a hacer cosas grandes en la Champions. En Europa volvió a quedar demostrado que solo con orgullo y actitud no da, que es imprescindible tener gol y de ello debió tomar buena nota Joan Laporta desde el palco del Parque de los Príncipes. Falta un ‘killer’.
Crónica publicada por Roger Torelló, MD.com
Fuente fotos: www.mundodeportivo.com y www.laopiniondemalaga.es
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