El Barça supera al Huesca con dianas de Messi (2), Griezmann y Mingueza, por una de penalti de Rafa Mir, y se pone segundo el día en que Leo alcanza a Xavi
Obra de arte y luego doblete de Messi, más ‘Pichichi’
El Barça ya es segundo en LaLiga después de festejar con auténticos golazos el récord legendario con el que Messi igualó a Xavi Hernández en partidos jugados con el equipo barcelonista. Golazos del propio Leo (¡doblete espectacular!), de Griezmann y del joven Òscar Mingueza, que se estrenó como realizador con un sensacional testarazo en una jornada tan especial para el barcelonismo. Todo un homenaje a La Masia. El triunfo por 4-1 fue trabajado, porque el Huesca acortó distancias después de los dos primeros goles gracias a un penalti inventado entre Rafa Mir y el señor colegiado, que el propio ‘nueve’ del cuadro aragonés transformó.
Con una semana limpia por delante, Koeman salió con todo, como había insinuado en la víspera, pese a que Messi y De Jong estaban apercibidos de cara a la visita a Anoeta. La única concesión a la prudencia fue la sustitución de De Jong después de que Mingueza marcase el tercero en un partido en que el Barça fue superior pero que no fue plácido. Incluso la bajada de tensión barcelonista de los minutos finales casi supone algún susto, sobre todo en un remate de Rafa Mir tras recuperación de Mikel Rico, antes de que Messi situase el 4-1.
El Barça volvió a salir con tres centrales, con De Jong como patrón de la defensa, contra los dos puntas del Huesca. Por delante, Busquets y Pedri en el doble pivote y Messi y Griezmann como dos mediapuntas por detras de Dembélé, dejando las bandas para Dest y Alba, dos de los grandes beneficiados por este sistema, que les permite dejar ir su vocación ofensiva.
Nueva obra de arte de Messi
El Huesca se defendió con mucho orden, parapetado en un 5-3-2 y priorizando el cierre de espacios a las transiciones. Aunque de entrada al Barça le faltaba ritmo y estrelló dos balones en la madera en la primera parte, el partido se puso de cara pronto. Poco después de un chut desde fuera del área de un Dest muy activo, un golazo de Messi desatascó pronto el panorama. El argentino dejó sentado literalmente a Pulido a pase de Busquets, controló encarando a Siovas y, con un trallazo muy parecido al de París ante el PSG, esta vez con rosca, más sutil que fuerte pero igualmente poderoso, colocó el balón en la mismísima escuadra derecha de la portería de Álvaro Fernández.
El gol no cambió demasiado el escenario. El Huesca, que había contemplado la posibilidad de encajar pronto, no se vino abajo. Maffeo tuvo el empate: Rafa Mir ganó un pase largo ante la oposición de De Jong y taconeó hacia el lateral, que entró desde la derecha, se preparó ante una defensa que recuperaba posiciones y lanzó un chut raso que obligó a Ter Stegen a sacar el guante derecho a pasear en una gran estirada para desviar a córner.
El segundo gol acabó de allanar el camino para el Barça. Y el patrón del primero se calcó, pero con protagonistas distintos: si Dest había chutado poco antes del 1-0, esta vez Alba disparó al palo y, en la jugada prácticamente posterior, Griezmann recibió de Pedri y, desde la frontal, lanzó un zurdazo que se coló en la portería del Huesca.
Un penalti alucinante
Esta vez sí el Huesca quedó aparentemente ‘tocado’ y De Jong, en una de sus subidas, mandó al travesaño lo que pudo ser el tercero. Pero, cuando el tiempo del primer acto se había cumplido hacía ya un minuto, el señor colegiado, Cordero Vega, se sacó de la chistera un penalti polémico de Ter Stegen sobre Rafa Mir, que no sólo se tiró a la piscina buscando la pierna del meta alemán sino que además reclamó tarjeta. Él mismo marcó. Yo me lo guiso y yo me lo como, con el señor Cordero Vega acompañando la copla con las maracas.
El mismo tipo que se inventó el penalti en el descuento del primer tiempo dejó pasar, en poco más de un minuto, sendos manotazos de Mir, el de la lipotimia ante Ter Stegen, a Messi y Jordi Alba. Y, entre tanta injusticia, surgió Mingueza para marcar, de cabeza, tras un centro de Messi desde la izquierda tras un córner lanzado en corto. Golazo de Óscar, merecido para un chaval formado en las categorías inferiores del club desde Benjamín. El golazo hacía justicia y, al poco, el karma actuó sobre Mir, que mandó fuera sobre la línea de gol una asistencia de Escriche tras centro de Maffeo.
El Barça bajó las revoluciones de su juego, pero Messi aún marcó el cuarto tras una transición originada por tres cambios de Koeman: recuperación de Braithwaite, Riqui Puig a Trincao, el portugués a Messi y segundo golazo de Leo desde fuera del área.
Crónica publicada por Joan Poquí, MD.com
Fuente fotos: www.mundodeportivo.com
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