3-0: Un hat-trick de Suárez mete al Barça en la final
Sin Neymar ni Messi lideró el ataque y logró un merecido hat-trick en su histórico debut en el Mundial de Clubs
Iniesta y Rakitic le hicieron la mejor compañía en un partido que Scolari intentó espesar renunciando al fútbol
Neymar, abrigadito y feliz, sólo salió el banquillo para abrazarse con Suárez tras el 2-0 en una imagen en la que todos los barcelonistas pudieron imaginar a Leo también feliz y sonriente por ese golazo tan importante de su amigo y compañero, clasificando al Barça para la final del domingo ante River Plate. El único superviviente a las fatalidades de ese trío maravilloso jugó por tres, le echó al partido todo lo hay que tener, incluida la magia y la ambición de ese Tridente que, en espíritu, voló sobre el Nissan Stadium de Yokohama. Al relativo temor de jugar sin Neymar se añadió, inesperadamente, la baja a última hora de Messi, lo que provocó un terremoto en la formación de la delantera azulgrana y una sensación lo más cercana al pánico. No porque futbolísticamente el Barça quedara un escalón por debajo del rival sino porque la concatenación de calamidades sólo podía ser una inequívoca señal de que las cosas aún podían ser peores. Al menos esa fue la atmósfera inquietante que rodeó al partido hasta rodar el balón y establecerse con meridiana claridad una especie de tregua ofensiva sólo alterada por algún fogonazo del Barça. Scolari renunció a desgastar a su equipo presionando arriba y formó una doble barrera de medio campo hacia atrás convencido de poder controlar las evoluciones de Munir y de Sergi Roberto, éste último por la izquierda para consolidarse como el futbolista multitasking por excelencia.
Ni Felipao ni los otros
El veterano Felipao no buscaba nada más que espesar el partido y tensarlo desde la banda con su fingido mal carácter, revoltoso y liante. Luis Enrique no necesitó más pistas para oler el miedo del Guangzhou y optó por no caer en la trampa de atacar con desorden ni ansiedad. De ahí el aburrimiento de la mayor parte del primer tiempo, sedado por la perversa intención rival de esperar el fallo del Barça, hasta que acabó produciéndose una obviedad, que sin las dos alas del Tridente Luis Suárez debía asumir la plena responsabilidad y el liderazgo del ataque. No se lo discutió Munir, por desgracia para la cantera del Barça, ni se le podía exigir a Sergi Roberto desde una posición tan antinatural, de modo que con el uruguayo haciendo del Suárez del Liverpool, en plan llanero solitario, dieron un paso al frente Iniesta y Rakitic. Ambos trataron de hacerle compañía y darle el ‘caloret’ que le sobra habitualmente con Leo y Neymar a su lado. Una pequeña pero aguerrida tropa que, sabiendo esperar su momento, acabó por derrumbar lo poco que el Guangzhou había sido capaz de construir con ese fútbol tan retrógrado y chapadito a la antigua de Felipao. Nada que ver con el atrevimiento y la justa recompensa del Deportivo hace unos días, jugando sin miedo en el Camp Nou. El remate duro, efectivo y rompedor de Rakitic que aprovechó Suárez para quebrar el partido reflejó esa otra sabiduría, la del futbolista que, como el croata, veía imposible entrar por el centro y probó con la alternativa más lógica.
Recompensa
Con sorpresa, al gol le siguieron los mejores minutos del Guangzhou, una reacción más espontánea y corajuda que estratégica pero igualmente inútil porque Bravo repelió un espléndido cabezazo de Elkeson antes el descanso, puede decirse que anulando el único momento feliz del Guangzhou en toda la noche. En la media parte cambió a mejor el escenario de un partido más clásico y reconocido del Barça. Bastó que el contrario diera un pequeño paso adelante para que afloraran los espacios y para que la propia circulación del balón aclarara el partido con una victoria rotunda y más que merecidamente capitaneada por Luis Suárez, a quien Iniesta le puso un balón de cine para el 2-0 y que transformó un penalti provocado a Munir con el que logró, en su debut, un hat-trick histórico. Cumplido el pronóstico, esta vez sí que Luis Enrique esperó a asentar bien el partido para hacer los cambios.
Crónica publicada por Francesc Perearnau, MD.com
Fuente fotos: www.mundodeportivo.com, www.laopiniondemalaga.es y www.marca.com
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