4-0: 'Katastrophe' del Barça en Múnich
El Bayern pasó por encima de un equipo blaugrana desconocido que no dio una a derechas, que defendió fatal y atacó peor
Ni las decisiones arbitrales que perjudicaron pueden tapar el nefasto partido de los hombres de Tito
A Leo Messi se le notó falto de ritmo y los bávaros impusieron su fuerza en el medio campo borrando a Xavi e Iniesta
La imagen de los barcelonistas recordaron la infausta final de Atenas frente al Milan con el 'Dream Team'
El ‘panzer’ alemán que es el Bayern pasó por encima del Barça. El 4-0 final no admite paliativos, aunque el colegiado Kassai no tuvo su mejor día al permitir dos goles bávaros irregulares, aunque perdonó un penalti a Piqué. No, no fue el Barça que pedía Xavi. Tampoco metieron el gol que les había dicho Tito. No supieron mantener el balón como argumento defensivo y pagaron muy caro sus carencias a balón parado. La ‘katastrophe’ (catástrofe) de Munich recordó en muchas fases del partido a la final de Atenas ante el Milan en que el ‘Dream team’ ofreció una imagen similar, siendo superados por los italianos igual que anoche lo hicieron los germanos. Muy triste.
Aunque en el fútbol no exista la palabra imposible, parece fuera de toda lógica que el Barça pueda levantar este ‘poker’ en contra en el Camp Nou. No porque no sean capaces de lograr cuatro goles, sino porque este Bayern parece, incluso, capacitado para incrementar su marcador en Barcelona. Los hombres de Jupp Heynckes se tomaron cumplida revancha del 4-0 de la ida de los cuartos de final de la Champions del 2009.
Al Barça le queda el orgullo de intentar lavar la mala imagen en el Camp Nou, de intentar ganar el partido y despedirse de esta Champions dejando buen sabor de boca, muy lejos de lo visto ante el Bayern en Munich. Hay que remontarse muy atrás para recordar un partido igual, aunque eso no sea óbice para reconocer que el Bayern es un equipazo, que va como un cohete hacia el triplete si nadie lo evita en la final de la Champions y la ‘Pokal’ de Alemania. Jupp Heynckes pude despedirse, de nuevo, de un equipo tras ganar la Copa de Europa, igual que le pasó en el Real Madrid.
Naufragio blaugrana
La primera parte del Barça fue un suplicio en cada ocasión en que perdió el control del balón. El juego directo del Bayern creó muchos problemas en las jugadas de estrategia. El cuadro de Tito Vilanova pagó caro el ceder ocho saques de esquina. En todos ellos hubo situaciones de peligro. Un partido más, el Barça sufrió en los balones altos y, encima, los bávaros son expertos en esta clase de jugadas con varios jugadores de mucha altura y uno de ellos, el brasileño Dante Bonfim, que fue el amo del cielo del Allianz Arena. Sólo ante el Benfica se vivió un partido así en el juego a balón parado. El Bayern sacó tantos corners (ocho) como su promedio en la propia Champions.
El Barça trató de aguantar el balón, de defenderse con la posesión del esférico. Pero su juego pecó de horizontal porque Jupp Heynckes estableció una auténtica barrera en el medio campo con el navarro Javi Martínez y Bastian Schweinsteiger como auténticos gigantes que hicieron valer su fuerza física, aprovechado que esa zona parecía un pantano por el exceso de agua que existía. Xavi y Busquets eran marcados al hombre y por relevos. Iniesta tampoco gozaba de espacio para evolucionar. El Bayern se atrincheraba atrás en busca de veloces galopadas al contrataque.
El Barça tampoco tenía al mejor Messi arriba. Daba miedo su sola presencia, pero Leo no tenía la chispa de siempre, ni la velocidad. Retrasó su posición para tratar de dotar de balones a Pedro (un jabato en la presión) y a Alexis, pero en esta ocasión sus habituales diagonales. El chileno ni siquiera ayudaba en defensa porque Lahm campaba por donde quería.
Gol de Müller
El Bayern reclamó con razón un absurdo penalti del rapado Gerard Piqué a tiro de Lahm que el árbitro Kassai, muy permisivo con el juego brusco bávaro, pasó por alto. Piqué arriesgó mucho separando el brazo del cuerpo e interceptando la trayectoria del balón.
Pero el gol llegó, como no, por arriba. Tras una serie de toques, el balón llegó al holandés Arjen Robben que centró sin oposición de Alexis, para que Dante, apoyándose en Alves, ganara el salto y cediera de cabeza al segundo palo a Thomas Müller. El goleador canterano cabeceó a gol sin que Gerard Piqué se enterara que le tenía a su espalda. Valdés no pudo evitar el gol, como sí había hecho en el primer minuto en un tiro de Robben (24’). Era el sexto gol de Thomas Müller en la presente Champions en que ha logrado meterle un tanto a cada uno de sus rivales. Era el cuarto gol de cabeza del Bayern en la competición.
El 1-0 no cambió demasiado las cosas. Los dos equipos siguieron jugando igual. La única ocasión del Barça, por llamarla así, fue un centro de Pedro al que Messi no llegó por poco, sobre todo, por la intervención acertada de Dante Bonfim que desvió lo justo el balón. No hubo más acción de ataque, muy poco botín ofensivo. El Bayern siguió creando peligro en los saques de esquina y pidiendo más penaltis, como en una jugada confusa, con falta previa de los alemanes, en que Alexis tocó el balón con el antebrazo.
De cabeza
La segunda parte empezó de la misma forma: muy mal. El Bayern siguió buscando el gol en jugadas directas, sobre todo, por arriba. La zona mixta con la que los barcelonistas trataban de defender desesperadamente los saques de esquina hizo aguas. El Bayern rompía fácil esa táctica con balones al segundo palo para prolongar la jugada y buscar un nuevo remate por arriba. El 2-0 fue casi un calco del primer gol. En esta ocasión vino precedido de un corner en que el quinto árbitro (¿para qué sirve?) pudo pitar manos de Javi Matinez. Thomas Müller le ganó la partida a Alves y a Alexis (el chileno ni se movió) y cedió de cabeza a Mario Gómez para que lograra el 2-0, para que firmara su tanto número 16 de la temporada, el 43 en Champions en toda su historia personal. Eso sí, no debió subir al marcador por fuera de juego del hispano alemán, pero eso era casi lo de menos viendo el ‘baño’ que recibía el Barça que ni presionaba ni defendía ni hacía prácticamente nada bien.
Tito trató de cambiar algo las cosas, colocando a Alexis más centrado, a Pedro a la izquierda y a Messi más hacia la derecha, pero con libertad. Al menos, pisaron el área, aunque no llegaran a crear peligro serio en ninguna jugada ante la consistencia defensiva de los bávaros que seguían atrás, más decididos a mantener el 2-0 que otra cosa. Aunque no renunciaban a incrementar el marcador en jugadas de contrataque o estrategia. Ver como se repliega el Bayern en bloque es un espectáculo, como presiona en grupo, igual.
Curiosamente, el Barça que no había rematado entre los tres palos hasta entonces, salvo un cabezazo flojo de Piqué en la primera parte, casi marca en un corner. Pero el remate de Bartra fue detenido sin problemas por Neuer. Marc tuvo la gran ocasión tras tropezar el balón en Alexis pero no pudo conectar un tiro con fuerza (69’).
Puntilla ilegal
A Heynckes sólo le interesaba mantener el resultado. Dio entrada a Luiz Gustavo por Mario Gómez para colocar a más gente en la zona ancha. Pero tuvieron la suerte de cara, otra vez, con colaboración arbitral.
Para que no faltara nada en una noche trágica, el 3-0 llegó también de forma ilegal. Fue otro error clamoroso de los cinco árbitros, del cuarto colegiado que está ante los banquillos. Ninguno vio como Thomas Müller hacía una clara falta a Jordi Alba para permitir que Arjen Robben culminara una jugada de ataque con un tiro que batió a Valdés (72’). Un escándalo absoluto. Claro que antes el Barça había perdido otro balón por medio de Alves, en el campo alemán, cerca del área. Ribery había cruzado todo el campo cómodamente, le había pasado el balón a Schweinsteiger y Bastian le cedió el esférico a Robben para que iniciara su galopada hacia el gol.
El Barça trató de buscar el gol con más corazón que cabeza y fútbol. Bartra tuvo otra oportunidad en un saque de falta en que quedó sólo, pero tardó en dar la vuelta y remató a las nubes. El Bayern contestó con un veloz contrataque en que Valdés salvó el remate final de Müller, aunque, de nuevo, el árbitro pasó por alto una falta previa de Schweinsteiger sobre Alves al que casi le ‘parte’ el tobillo.
Dio igual. Los bávaros siguieron insaciables, con otra jugada en que acabó centrando desde la izquierda el austriaco David Alaba para que Thomas Müller, ‘Pichichi’ del Mundial de Sudáfrica, batiera de nuevo a Valdés. Era su particular ‘vendetta’ porque no pudo jugar por sanción el España-Alemania de semis en que un gol de Puyol clasificó a la Roja. El 4-0 era inapelable. Seguro que Messi recordó el mismo resultado que encajó con Argentina frente a la Alemania de Thomas Müller. El Bayern devolvía de golpe el ‘poker’ que el Barça con Messi de estrella les había metido en el Camp Nou en esta misma Champions League en 2009.
La imagen final del Barça haciendo faltas, cosechando tarjetas amarillas, fue la confirmación de su impotencia para afrontar la fortaleza de un Bayern que ya se ve en la final de Wembley ante el ganador de la otra semifinal entre el Borussia de Dortmund y el Real Madrid.
No hace falta ser un entendido para lanzar un claro mensaje a Andoni Zubizarreta que tiene que ponerse las pilas, acudir al mercado y reforzarse con un jugador de calidad por línea (mínimo) y dando el ‘pasaporte’ a varios futbolistas que no tienen suficiente calidad para ser titulares del Barça. Son mucho mejores de lo que se vio en Munich, pero tampoco algunos son ‘jugadorazos’ como algunos creen. Y, si encima, Leo Messi no estaba a tope físicamente, sin recuperar de su maldita lesión, el resultado es el meneo del Bayern. El Bayern no se asustó como el PSG con Messi, al contrario, le dieron duro. El Barça ha sido por sexta vez consecutiva semifinalista de la Champions, debe jugar ahora para decir adiós a la Champions como campeones que son, batiendo en el Camp Nou a un gran Bayern.
Crónica publicada por Francesc Aguilar, MD.com
Fuente fotos: www.mundodeportivo.com, www.laopiniondemalaga.es y www.marca.com
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