Buenos tres puntos para estrenar el casillero europeo europeo en Montjuïc, con una goleada ante el Young Boys que pudo y debió haber sido mayor, de no ser por el meta suizo y por la bajada de ritmo del Barcelona tras el cuarto gol, especialmente con los cambios. Reapareció entre aplausos Frenkie de Jong en la segunda parte, con el partido resuelto, y Ansu jugó su primer partido en casa de este curso. Un doblete de Lewandowski, un nuevo gol de Raphinha, el primer tanto de Iñigo como azulgrana y un autogol resolvieron un partido en el que apenas hubo color.
Obviamente, era fundamental ganar el partido después de haber fallado en Mónaco. Pero, una vez visto el nivel del Young Boys, es imposible no preguntarse si no habría sido mejor hacer las rotaciones en Montjuïc y no el pasado sábado, ante Osasuna. Pero ya está hecho y el Barça se aseguró una fiesta europea para sumar los tres primeros puntos de Champions. Flick dispuso un equipo muy ofensivo, con Ferran Torres de extremo y Raphinha de interior, con Casadó como mediocentro y Pedri, sensacional, como si homenajease a Iniesta el día que el manchego convocó rueda de prensa para anunciar seguramente su adiós del fútbol, en la sala de máquinas. Una vez el Barça logró el 4-0, Hansi Flick dio descansos. Volvió Frenkie de Jong tras su lesión y Ansu Fati jugó su primer partido de la temporada en Montjuïc.
Indudablemente, no fue uno de aquellos partidos que imaginaron los grandes de Europa cuando se reunieron para crear una Superliga. Al Young Boys, visto lo visto, le daría para competirle al Barça Atlètic en Primera Federación. ¿En la Liga Hypermotion?, anoche no quedó claro, con errores groseros de todo tipo, como un remate muy defectuoso de Colley tras un centro desde la banda derecha en uno de los pocos acercamientos de los suizos, que se acercaron con peligro al final, ya con el pescado vendido. Un tostón en Montjuïc. Eso sí, con un marcador que pasada la media hora sólo marcaba una diferencia de un gol, lo que siempre es sinónimo de incertidumbre.
La cuestión es que el partido fue muy desigual y el Barcelona, en cuanto abrió hueco en la banda que era el Young Boys, comenzó a divertirse, en busca de la portería contraria, porque en este esperpéntico sucedáneo de Liga puede ser que te juegues evitar los dieciseisavos por diferencia de goles contra un equipo que haya competido contra otros equipos distintos. Así que el Barcelona necesitaba goles y fue a por ellos.
El primero llegó pronto, pasados siete minutos en los que el Barcelona se estrellaba contra el muro del Young Boys. Lamine Yamal iba tanteando a su marcador mientras, por la otra banda, Balde rebotaba una y otra vez contra el suyo, un gigantesco Monteiro, tan grande como peligroso en el manejo del balón.
Después de un chut de Lamine Yamal marca de la casa, con la izquierda metiéndose hacia dentro, llegó el 1-0. Ferran, partiendo desde la izquierda, se metió entre líneas y mandó un gran pase vertical a Raphinha, que efectuó un centro (o chut, no quedó claro) que dejó solo a Lewandowski para rematar a gol.
Faltó continuidad en los minutos siguientes al 1-0 para acabar de hundir al Young Boys y la goleada se hizo esperar. Con la defensa muy pendiente por la derecha de Lamine Yamal, Pedri cogió el mando de las maniobras de ataque y lució visión. Un quiebro de Lamine Yamal que destrozó la cintura de su marcador acabó en centro que interceptó el meta y, poco después, llegó un gol con jugada de bolos. Un remate del canario fue despejado por un defensa. El rechace dio en otro zaguero y los dos fueron al suelo. Strike. Raphinha recogió y marcó.
Iñigo se estrenó como goleador con el Barcelona para poner el 3-0 a centro de Pedri, que redondeó un gran primer tiempo. No hubo más goles porque el meta Keller lo evitó, especialmente en una acción de Ferran Torres que no definió bien y otra de Lamine Yamal, a quien la defensa comenzó a premiar con 'caricias'.
Salen Frenkie y Ansu
Sin el partido decidido pero sí encarado, Frenkie de Jong salió a calentar mientras Iñigo bajaba de cabeza un balón de un córner para que Lewandowski, también de cabeza, marcase el cuarto. Asistencia del vasco, que jugó a un gran nivel, como en toda la temporada.
Hubo susto a cargo de Monteiro, el mejor de los suyos, con un tiro al palo y un remate de Hadjam tras el rebote que Casadó rechazó, casi bajo palos. Al final Monteiro incluso marcó, pero en fuera de juego. Los cambios cortaron un poco el ritmo del Barça. Frenkie se ubicó de interior, cerca de Casadó, y Hèctor Fort de lateral derecho, con Koundé pasando al eje. Arriba, Ferran-Pau Víctor-Raphinha, con Ansu de media punta. Un centro de Balde fue despejado a propia puerta por el defensa Camara y, en plena fiesta, la afición se acordó de Iniesta. Gallina de piel.
Crónica publicada por Joan Poquí, MD.com
Fuente fotos: www.mundodeportivo.com y www.laopiniondemalaga.es
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