Victoria relámpago y hasta el año que viene
Goleada para certificar matemáticamente la clasificación del Barcelona para la próxima edición de la Supercopa y para cerrar la temporada en Montjuïc. El conjunto barcelonista superó al Rayo Vallecano con un zarpazo madrugador de Lewandowski y con la sentencia a cargo de Pedri, en su camino para volver a su mejor nivel con dos goles cuando el partido había entrado en una fase de cierta indefinición, incluso riesgo.
Un Barça que necesitaba ganar para convertir en un retazo de pretemporada primaveral el desplazamiento a Sevilla desarboló al Rayo a base de estocadas firmes. La primera, a los tres minutos; y la segunda y la tercera, en apenas tres minutos en la segunda parte, ambos de Pedri, después de largos minutos de indefinición. Con un once reconocible como mejor alineación posible, el conjunto azulgrana salió a resolver. Los cambios, para el Pizjuán.
Impaciente por liberarse de cualquier preocupación antes de la última jornada de LaLiga, el Barcelona quiso resolver deprisa, sin contemplaciones. En un arranque lleno de imprecisiones, Lamine Yamal capturó un balón cerca del área rayista, por la derecha. Recortó hacia dentro y mandó un centro sutil hacia la posición de Lewandowski, que remató impecablemente a gol ante una defensa que todavía estaba situándose.
Repentinamente, el choque se había puesto cuesta abajo para el conjunto barcelonista. Pero, en lugar de darle energías para arrollar al Rayo, el gol sumió al conjunto barcelonista en una especie de sopor que el Rayo aprovechó para intentar algunos acercamientos más llamativos que otra cosa y que no generaron ocasiones reales de peligro. Sí algunos remates y córners sucesivos sobre la portería de Ter Stegen, fruto de alguna pérdida de balón absurda o de balones a la espalda de Cubarsí.
Intuyendo que el partido podía quedarse estancado, Lewandowski, que sí tenia ganas de marcar mientras Sorloth iba metiéndole goles al Madrid, tuvo a campo abierto una gran ocasión para poner el segundo, en una transición y tras un gran taconazo de Raphinha que dejó al polaco encarado a meta y con terreno por delante. A la hora de definir, Lewandowski perdió la finura.
Lo que en el minuto 3, con el gol relámpago del delantero polaco, invitaba a ilusionarse con un espectáculo de goles y ocasiones para deleite de guiris y turistas, había acabado derivando en un tanteo al trote cochinero equilibrado en el que el Rayo llegaba a fantasear con la idea de arañar algo.
Al partido le faltaba una marcha más y es justo lo que itentaba poner Lamine Yamal con su desequilibrio, aunque le faltaba un punto de fineza en la definición. Casi ponen patas arriba el partido Álvaro en una contra, Cancelo en un gol anulado por falta a o Fermín, en un gran remate que envió a córner Dimitrevski.
No obtuvo Fermín premio a su buen inicio del segundo tiempo, en que puso energía en el juego del equipo. Al cotrario: fue sustituido por Pedri, que perdió una serie de balones nada más entrar en juego, mientras el Rayo trataba de poner una marcha más y se iba a por un gol que acabase de certificar su permanencia. Una internada de Espino, que hizo sufrir a Lamine Yamal en defensa, acabó en susto, con Iñigo enviando a corner.
De haber podido resolver, el Barcelona había pasado a perder el control del choque e Isi, tras una diagonal de Álvaro, obligó a Ter Stegen a lucirse para evitar el empate. Pero entonces apareció Joao Félix para sacar a relucir su magia, con una exhibición de trucos en un palmo de terreno y una asistencia a Pedri, que marcó y, solo tres minutos después, completó su doblete, al cazar un pase vertical, controlar con exquisitez y definir con la izquierda. Los dos tantos, con la izquierda.
Crónica publicada por Joan Poquí, MD.com
Fuente fotos: www.mundodeportivo.com y www.laopiniondemalaga.es
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