La Real se plantó en Montjuïc con la intención de disputar el balón al Barça, apostó por protegerse a través de la posesión y llegó al tramo final del partido con opciones de al menos empatar. El conjunto barcelonista se había avanzado en cinco minutos finales del primer tiempo intensos y eficaces, pero durante muchos minutos la Real mimó el balón a la espera de su momento. Ese momento no acabó de llegar. El Barça, por su parte, sin Araujo, se mantuvo firme siempre en defensa y tuvo en Lamine Yamal y Raphinha sus dos putas de lanza.
Al Barça la Real le cambió el orden de ataque: al Gol Nord en el primer tiempo y al Gol Sud en el segundo. Al revés de lo que hace habitualmente, tanto en Montjuïc como en el Camp Nou. Mal augurio y la prueba de que los donostiarras conocían bien las costumbres de su rival. Igualmente, habían preparado bien el choque y se vio desde el primer minuto en varios detalles.
Christensen, mediocentro un día más, era muy vigilado en cada córner. Estaba avisada la Real después del gol que el danés marcó en el Bernabéu. Parece muy lejano ya ese gol que daba esperanzas, pero apenas han transcurrido tres semanas y un día. El danés estuvo marcado y muy presionado en el inicio del juego, sabiendo la Real que no es el más pulcro de los azulgranas en la salida de balón.
Otra muestra de preparación concienzuda del partido fue la propia alineación de la Real, que salió con tres centrales, algo muy poco habitual. No vio Imanol recuperado a Tierney, con lo que no tenía ningún lateral zurdo puro disponible. Situó allí al joven Aramburu. Por la derecha, Traoré, recién salido de lesión. Los tres centrocampistas de la Real, Merino, Turrientes y Brais, movían con soltura el balón e iniciaban las jugadas apoyándose en los defensas o incluso en el meta Remiro sin complejos.
Más profunda que el Barça en los primeros minutos, la Real se las ingenió para inquietar a Ter Stegen pese a que estaban en inferioridad numérica de medio campo hacia delante. Avisó Becker rematando una larga jugada colectiva. Y, más adelante, el propio Becker obligó a Ter Stegen a ganarle un uno contra uno tras robar la cartera a Cubarsí, aunque el árbitro pitó falta sobre el joven central. Y, poco después, un pase largo dejó solo al mismo Becker, que corrió hacia Ter Stegen y marcó, pero Iñigo Martínez le había dejado en fuera de juego muy hábilmente en el inicio de la jugada. Aún dejaron sus compañeros con ventaja a Becker en otra acción casi al final del primer tiempo, pero su remate salió desviado. La Real no pasaba apuros cuando iniciaba el juego, bien situado y sin dejar espacios atrás. En el momento en que avanzó líneas y perdió algún balón, el Barcelona se despertó explotó los espacios tras la defensa.
El conjunto azulgrana tenía dificultades para superar el entramado realista y lo intentaba por las bandas, con Lamine, que superó a su par y combinó con Gündogan antes de que Pacheco evitase con la punta de su bota su remate, y Raphinha, que sentó a Traoré pero cuyo pase hacia atrás fue defectuoso.
No decayó en sus intentos Raphinha, que chutó al palo tras una gran acción de Gündogan, que encontró a Pedri en la frontal de la Real. El canario la dejó, por el centro y de cara, para Raphinha, que lanzó un gran remate al palo. El Barça se había puesto en marcha cuando Gündogan entró en acción entre líneas.
Otra vez el alemán fue decisivo para que el Barça se avanzase en el marcador. La jugada la inició Lewandowski, muy trabajador, en la media, y lanzó un pase a Gündogan que rompió a la zaga donostiarra. El germano controló y habilitó a Lamine Yamal, que en vertical no perdonó y logró el 1-0. El Barcelona se había activado a base de transiciones en cinco minutos tras un buen primer tiempo donostiarra.
Tras quedar en desventaja, se esperaba una reacción de la Real, pero mantuvo la misma estructura, con un Barça bajo control que si rompía era por la zona de Lamine Yamal en su duelo con Aramburu. Un nuevo remate de Raphina, a la escuadra, obligó a Remiro a lucirse enviando el balón a córner.
Todo indicaba un control del Barcelona sin demasiados problemas cuando una pérdida de Gündogan en la salida de balón dejó a Brais en la frontal. Amagó y remató un balón qu se marchó besando el poste cuando se mascaba el gol. Ahí despertó la Real y Alguacil, que mandó a la ducha a los dos jugadores con tarjeta, cambió el dibujo para disponer el 4-3-3 habitual de los donostiarras.
Intentó Kubo sorprender a Ter Stegen en su primer balón, encarando desde la derecha a un Cancelo hasta ese momento muy poco exigido, y en la otra portería, Inmediatamente después de entrar por Lewandowski, Ferran casi marca. Zakharyan, también recién salido, chutó una falta que detuvo Ter Stegen. El tramo final se había convertido en un intercambio de golpes, cuando una mano en el área de la Real hizo que, tres minutos después, Cuadra Fernández pitase penalti. Raphinha no falló y obtuvo el premio a su buen partido.
Crónica publicada por Joan Poquí, MD.com
Fuente fotos: www.mundodeportivo.com y www.laopiniondemalaga.es
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