En El Sadar es imposible ganar sin arremangarse. Para llevarse los tres puntos de Pamplona es obligatorio igualar, como mínimo, la intensidad de un siempre combativo Osasuna. No basta con dominar, hay que morder. Lo supo hacer el Barça, especialmente cuando peor estaban las cosas, y se impuso 1-2. Marcó Koundé de cabeza antes del descanso y sentenció Lewandowski, de penalti en el 86', replicando al empate de Chimy Ávila. Debutaron en la segunda parte Cancelo, Joao Félix e Iñigo Martínez, pero de momento la batalla les vino grande para su escaso ritmo competitivo.
Xavi, sin los lesionados Pedri y Araujo, hizo una alineación lógica, tomándose con calma la llegada de Joao Félix y Joao Cancelo, que no jugaban un partido oficial desde mediados de junio con Portugal, y el regreso de Raphinha, a quien le prolongó el castigo ya cumplido de de dos partidos por la tarjeta roja que vio en Getafe en la primera jornada. Los tres fueron suplentes, como Ferran Torres, abonado a su nuevo rol de revulsivo. Sí volvió Balde tras su ausencia por molestias en Vila-real y repitieron Sergi Roberto, pese a las críticas en La Cerámica, y Lamine Yamal, como premio a sus dos exhibiciones sin Raphinha. 16 años sigue poniendo en su DNI.
Jagoba Arrasate, por su parte, buscó frescura con rotaciones porque el KO de Osasuna el jueves en la Conference League en Brujas pasó factura física y anímica. El descanso más significativo fue el de David García, líder de la defensa, internacional y el hombre que provocó la segunda amarilla de Lewandowski en Pamplona en la pasada Liga.
El Barça pudo marcar en el primer minuto en una triple ocasión de Gündogan, demasiado generoso en la dejada cuando tenía un remate solo de cabeza, De Jong, que estrelló el remate en el poste, y Lewandowski, quien mandó fuera el rechace sin portero.
Osasuna aprovechó el regalo y poco a poco intimidó con su agresiva presión alta. Ibáñez desperdició un remate claro tras pérdida de Balde en el 7'. Y un par de dudas con el pie de Ter Stegen hicieron creer al equipo rojillo en su apuesta. Con todo, Gündogan, en el 10', volvió a estar cerca del gol, pero remató mal tras la primera diablura de Lamine.
Al cuarto de hora ya se advirtió que si el Barça no igualaba la intensidad de Osasuna lo iba a pasar muy mal. Todos los balones divididos comenzaron a ser rojillos, el equipo ayer azulado dejó de pisar área, su posesión fue ficticia y el balón rondó más de la cuenta la portería de Ter Stegen, providencial en los disparos del exculé José Arnaiz (20') y milagroso en la ocasión a bocajarro de Aimar Oroz en el 31' tras gran jugada de Rubén García. Y para colmo Lewandowski vio a fantasmas del pasado cuando Ortiz Arias le mostró una amarilla en el 33' por un manotazo a Herrando cuando intentaba proteger el balón.
El 0-0 al descanso parecía ya un mal menor para el Barça cuando apareció Koundé para marcar el 0-1 en el último minuto de la primera parte. El central francés, que acaba de poner a prueba a Aitor Fernández con un potente disparo lejano, cabeceó de forma imparable un córner sacado por Gündogan. Su salto, superando a un Iker Muñoz que pidió falta sin razón, fue portentoso.
El inicio de la segunda parte fue totalmente del Barça, con una posesión abrumadora y mucha más intensidad que en la primera en la recuperación tras pérdida. Mejoró también la colocación colectiva y sólo faltó lo más importante: profundidad, precisión en el pase final y crear ocasiones. El partido seguía en el alambre con un pobre 0-1.
Xavi buscó más llegada en el 59' con la entrada del debutante Cancelo y del inspirado Ferran por Sergi Roberto y Lamine Yamal. Pero el triple cambio de Arrasate le funcionó mejor a Osasuna en el 62' con Kike Barja, Chimy Ávila y Budimir. El Sadar rugió y el equipo navarro volvió apretar.
Y con esa inercia llegó el 1-1 en el 76' con un zurdazo de Chimy Ávila desde la frontal ante la pasividad de la defensa del Barça. El delantero se animó al ver que dos minutos antes había podido rematar desde la misma posición e igual de cómodo, aunque alto.
Xavi se jugó la carta Joao Félix, pero el que provocó un penalti tras gran pase de De Jong fue Lewandowski. El polaco, que además forzónla tarjeta roja directa de Catena con su gran control, los transformó con calidad en el 1-2 tras varios minutos de suspense con el VAR. El Barça supo defender su ventaja en los 10 minutos de añadido.
Crónica publicada por Javier Gascón, MD.com
Fuente fotos: www.mundodeportivo.com y www.laopiniondemalaga.es
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