En la eternidad está ya el recital de fútbol que el Barça se marcó ante un Espanyol con muy mala pinta para rematar el noveno alirón en 15 años. En la Liga del 1-0, el equipo de Xavi se divirtió como nunca y regaló al barcelonismo una noche memorable que ya forma parte de la historia del club. Cayeron cuatro (2-4) como pudieron ser ocho en una exhibición que corona a lo campeón un torneo a falta de cuatro jornadas con 14 puntos más que el Madrid. Sólo al final dejó aire a los pericos para maquillar el marcador de Cornellà-El Prat.
Ni una sorpresa en ambos onces. Luis García, con su inamovible línea de cinco atrás y fiándolo todo a Joselu y Braithwaite sin perder talento entre líneas con Darder, Melamed y Denis pero con poco físico para soportar lo que le acabó cayendo encima. Enfrente, el equipo de las grandes citas para Xavi con Dembélé en
la recámara en una atmósfera de alta tensión y angustia a la vez para
la hinchada local que no tardó en meter en la batalla al líder por si no
le fuera ya mucho en ella. Joselu amenazó a los 12 segundos antes de dispararse más la temperatura con una falta de Koundé a Brian Oliván con amarilla, un recadito de Nico Melamed a Busquets y
la respuesta del capitán en su último derbi. El tema iba en serio y no
tardó en enjaular el Barça a su rival circulando de lado a lado con Koundé y Balde más extremos que nunca ante el 5-3-2. Pedri perdonó primero con un remate cruzado tras dejar atrás el francés a Brian Oliván pero no el ‘Pichichi' Lewandowski en boca de gol a pase de Balde, que sacó los colores a Óscar Gil.
Minuto 11 y 0-1 ya en Cornellà-El Prat obligando a más a un Espanyol sin réplica ante la versión más ‘made in Xavi’ del Barça con Pedri y De Jong al mando de las operaciones. El instinto asesino en una noche para la historia tuvo en Balde, curtido en mil derbis en de cantera, el gran ejecutor azulgrana. Pedri deleitó en el área, giró sobre sí mismo para irse a la línea de fondo y soltar un centro que Balde remató a la red con la zurda retratando otra vez a Óscar Gil. Iban ya dos en 20 minutos y pudieron caer más en pleno monólogo del Barça, este domingo (salvo Ter Stegen) con 10 ‘senyeres’ en el pecho.
Intenso y sin contemplaciones jugaba el Barça queriendo rematar el alirón y hurgando en la herida perica. Hacía tiempo que no se veía disfrutar tanto a Lewandowski, recibiendo cerca del área. Pedri y De Jong jugaban tan fácil y se olía el tercero, que negó Pacheco al polaco con un chut cruzado desde el vértice izquierdo. Llegó un algo más tarde. Como fruta madura. Como el título de Liga amarrado hace dos meses por Kessie ante el Madrid.
Ni orgullo ni carácter exhibió el equipo de Luis García, ausente y hundido en la miseria con un paupérrimo botín de 4 puntos de 21 desde su llegada. La orquesta azulgrana sonó como en los mejores tiempos de Xavi como jugador, que ya en la 2010-11 participó con un gol allí en un inapelable 1-5. La solvencia defensiva convertida en huella imborrable de esta Liga fue otro colchón de seguridad para un Barça que dio la estocada, casi definitiva al filo del descanso. Frenkie, campando a sus anchas, se gustó con un envío al hueco a Raphinha, Lewandowski se la pidió en el área y a barraca. Doblete y novena Liga seguida.
Observaba la hinchada blanquiazul el meneo con resignación y rabia hasta el punto de pedir la dimisión de la directiva y de la propiedad china en el intervalo justo después de que Ter Stegen, virtual ‘Zamora’, se ganara también su cuota de protagonismo en el alirón con un paradón a Braithwaite.
Reaccionó, o al menos lo intentó Luis García, metiendo a Puado y Calero por Sergi Gómez y Denis para mutar a un 4-2-3-1 con Braithwaite escorado a la izquierdo pero se los azulgrana fueron tan ‘cabrones’ como quiere Jasikevicius en la inminente Final Four de Kaunas y aniquilaron a los pericos sin piedad. El recital barcelonista no tuvo fin mientras iba vaciándose la grada. Mucho más tras el 0-4 de Koundé, de cabeza, llegando desde atrás tras un majestuoso envío de Frenkie, campeón por fin en su cuarto curso culé.
Incapaz se vio ya el penúltimo de la tabla, a cuatro de la salvación con sólo 12 en juego, mientras Xavi quiso premiar primero a Alba y Dembélé para que participaran del festín del Barça en una media hora final de alirón con balón y Ter Stegen parando una ante Puado, que luego salvó el honor local.
Ansu y Marcos irrumpieron para mantener alta la tensión de un Barça que rozó la ‘manita’ con 'Lewy' y vio cómo Joselu metía el 2-4 en el 92’ pero acabó festejando una Liga, maravillosa como todas, en minoría y a la carrera ante la invasión de campo. La 27ª viajó a Barcelona dejando al Espanyol con un buen marrón.
Crónica publicada por Sergi Solé, MD.com
Fuente fotos: www.mundodeportivo.com y www.laopiniondemalaga.es
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