Después de la eliminación de la Europa League, Xavi retocó el once con cuatro novedades con la intención de levantar el ánimo y mantener la buena marcha en LaLiga. A las dos bajas obligadas de Pedri, por lesión, y Araujo, por sanción, se sumaron las de Mingueza y Aubameyang por decisión técnica. De Jong, Lenglet, Dest y Memphis fueron los elegidos por el técnico para sustituirles, pero ninguno de ellos aportó nada especial ante el Cádiz. De hecho, el único peligro del Barça en los primeros 45 minutos y en la segunda mitad fue Ousmane Dembélé. El francés, con su velocidad endiablada, desbordó como quiso ante Espino pero sus centros no encontraron rematador o ante puerta le faltó acierto, como en la acción del minuto 39, en la que tras dejar atrás a tres rivales chutó flojo dentro del área y Ledesma pudo detener el balón sin problemas.
El Barça lo intentaba con más voluntad que acierto y en muchas fases iba pasado de revoluciones, con el Cádiz encerrado atrás. De hecho, los andaluces dispusieron de la ocasión más clara en el primer tiempo en una contra en la que Sobrino dejó clavado a Gavi y su centro lo remató solo Lucas Pérez, que tampoco acertó en su remate.
Jarro de agua fría
A los tres minutos de la reanudación llegó un nuevo golpe para el Barça. El Cádiz consiguió ponerse por delante gracias a Lucas Pérez, justo después de que Ter Stegen repeliera dos remates consecutivos de Sobrino con la cabeza, ante la pasividad de Eric Garcia y Lenglet. Antes de tirar del banquillo, Xavi movió las fichas sobre el campo e intercambió las posiciones de Memphis, que pasó a ser extremo zurdo, y colocó a Ferran de ‘9’. Pero quien siguió llevando el peligro del Barça, como en la primera parte, fue Dembélé. El francés lo intentó de todas las maneras, chutando desde fuera del área e incluso de falta directa, pero siempre acabó topando con Ledesma, que en ocasiones necesitó de dos tiempos para blocar los disparos del galo.
Con el Camp Nou empujando -no estuvo la Grada d’Animació como protesta a la directiva por la invasión de aficionados del Eintracht-, Xavi pronto puso más artillería en el campo para tratar de darle la vuelta al marcador. Primero quitó a un desaparecido Memphis para dar entrada a Aubameyang y en el 76 sacó a un medio -Frenkie- y un central -Lenglet- para poner a Luuk de Jong y Adama.Es decir, acabo con cinco delanteros sobre el campo, pero ni con esas el Barça encontró la recompensa del gol. De hecho, Luuk, Auba y Ferran en ocasiones se acabaron estorbando dentro del área.
Por si el Barça no tuviera ya bastantes obstáculos con el palo de la eliminación ante el Eintracht y verse por detrás en el marcador ante el Cádiz, el colegiado aragonés Jaime Latre quiso erigirse también en protagonista permitiendo las repetidas pérdidas de tiempo del rival e interpretando de diferente forma unas acciones hacia un equipo que el otro, algo que aún desesperó más, tanto a los de Xavi como a la grada, que ya lo despidió al descanso con pitidos.
En el último tramo, el Barça tiró más de épica, pero sin las ideas claras. Luuk de Jong estuvo a punto de marcar en el 78 tras rematar de cabeza un centro de córner e incluso Eric lo intentó por dos veces con disparos desde fuera del área. Pero la ansiedad le pasó factura al Barça y al final, el Cádiz, que también contó con dos ocasiones claras más, una de Álex y otra de Sobrino, acabó haciendo historia con su primer triunfo de en el Camp Nou.
Crónica publicada por Roger Torelló, MD.com
Fuente fotos: www.mundodeportivo.com y www.laopiniondemalaga.es
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