El Bayern de Múnich no había caído en el Allianz Arena en fase de grupos desde el 2013. El Barcelona jamás había ganado en Baviera. Además el partido se jugaba a puerta cerrada, nevando todo el encuentro y bajo cero, un clima totalmente inusual que complicaba un poco más la empresa azulgrana a pesar de que los de Nagelsmann ya tenían los deberes más que hechos. Pero son alemanes, competitivos como pocos, y el su técnico no guardó nada. Una declaración de intenciones que acabó bañando al Barça de realidad. No está suficientemente maduro, le falta mucho para competir con los mejores y Xavi tendrá mucho trabajo por delante.
El entrenador egarense sorprendió con su once. Dest de extremo derecho y Araujo como lateral. Y de entrada no salió del todo mal. De hecho, el Barça saltó al Allianz con la intención de tener el balón, de moverlo con velocidad y hacer correr a los bávaros, que tuvieron la primera gran ocasión después de un error de Ter Stegen en la salida de balón. El guardameta, que no tuvo su día en su país, regaló el balón a Lewandowski y obligó a Busquets a forzar la amarilla para derribar al 9 polaco.El Barça se enfrió del todo cuando tuvo que pararse por la lesión de Jordi Alba. El lateral llegaba tocado y aguantó 28 minutos. Y entró Mingueza en su lugar y el canterano, en una posición que no es la suya, sufrió excesivamente.
Como todo el Barcelona, a quien el parón por la lesión de Alba congeló del todo. Además en el banquillo ya sabían que el Benfica ganaba en Lisboa y solo les valía la victoria. El equipo azulgrana tenía que saber sufrir para reconstruirse y volver a la solidez del inicio. Pero lejos de eso, se hundió ante un Bayern que no tuvo compasión. Müller, que en la previa ya dijo que esperaba a los azulgrana con ganas, marcó el 1-0 en el 34’. Lewandowski superó fácilmente a Piqué por la izquierda y le puso un centro medido al segundo palo. Araujo intentó sacar bajo palos el cabezazo del alemán, pero el balón ya había entrado tal y como avisó el reloj del colegiado.
El propio Müller, con el partido roto y el Barça superado, pudo marcar el segundo. Lo evitó Ter Stegen, que cantó de manera estrepitosa en el segundo tanto alemán. Disparo desde fuera del área de Sané, aparentemente asequible, pero el guardameta azulgrana se tira tarde y no llega ni a tocar el balón.
El segundo sentenció al Barça que no supo reaccionar ni después del descanso. De hecho, Sané perdonó el tercero en la primera acción del segundo tiempo. No falló Musiala, que remachó a gol otra contra sensacional de los alemanes para hacer subir el tercero al marcador que ya no se movió. Un tímido tiro de Coutinho fue el único acercamiento de los culés en el segundo tiempo. El milagro debía ser en Lisboa y ahí tampoco llegó. El Barça, eliminado de la Champions League. Fuente fotos: www.mundodeportivo.com y www.laopiniondemalaga.es
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