El guion podría haber sido muy distinto si el VAR hubiera entrado en una durísima plancha de Parejo a Busquets que el colegiado no castigó ni con amarilla en los primeros instantes de juego. El Villarreal siguió con once y pudo defenderse mejor ante el asedio culé que jugó a lo que quiere Xavi durante los primeros 20 minutos.
El técnico azulgrana sorprendió dando la oportunidad como titular a Abde por la derecha y el extremo bailó a Pedraza mientras le duró la gasolina. La primera ocasión, la mejor del primer tiempo, fue para él, que había fabricado el saque de esquina. El alicantino cabeceó solo y entre Rulli y el larguero salvaron el primero del Barça.
El Villarreal devolvió el golpe con una acción de Danjuma tras un error de Eric, que fue el lateral derecho. Piqué remedió el error del canterano, tirándose abajo para bloquear el tiro del holandés. El conjunto 'groguet' reclamó penalti porque el balón tocó en el brazo de Piqué, pero el colegiado –y el VAR- lo consideraron involuntario.
La primera parte azulgrana confirmó que Memphis necesitaba un punto de inflexión para recuperar aquella confianza con la que aterrizó. El holandés, tras una buena recuperación de Busquets y una gran asistencia de De Jong, recortó a su marcador pero no supo colocar el balón lejos de un descolocado Rulli. De hecho, tiró directa e inexplicablemente fuera.
Prácticamente en la siguiente jugada, Memphis bajó un balón y lo dejó para Gavi, que disparó al poste. El segundo de un Barça sin suerte. Todo esto en diez minutos de un gran versión coral azulgrana.
El equipo catalán, mordiendo en la presión, saltando al hombre y encerrando al Villarreal en su propio campo, merecía algo más. Pero siguió gafado de cara a gol. Concretamente su nueve. Memphis volvió a fallar solo ante Rulli, otra vez tras otro buen pase de Frenkie.
Después de un inicio eléctrico de una de las mejores versiones del Barça de la temporada, el Villarreal supo calmar el partido. Sobre todo porque a los de Xavi les empezaron a fallar las piernas y acusaron el frenético ritmo inicial. Una parte física, de fondo sí, que debe mejorar al equipo catalán.
Así, los groguets tuvieron sus opciones. Pino y Pau Torres, con dos cabezazos lamiendo el larguero en acciones de estrategia, avisaron al Barça. El segundo, más claro, ya que el central remató solo. Y el Villarreal acabó el primer tiempo apretando. De hecho, tuvo que aparecer Ter Stegen para sacar con el pecho un tiro de Danjuma en la opción local más clara.
De Jong, con suspense
El Barça recuperó aire y piernas en el descanso. Les fue bien, porque volvieron a salir con fuerza y esta vez sí, De Jong abrió la lata. Con suspense, porque la acción tuvo que ser revisada varias veces por un posible fuera de juego de Memphis, que se la dejó a su compatriota para que marcara a placer.
El gol no conformó al Barcelona que siguió insistiendo aunque con menos claridad. Xavi dio entrada a Dembélé y tuvo que cambiar a Alba, con molestias, acabando con una línea de cuatro defensas, todos ellos centrales naturales. Demasiados parches forzados que pudo aprovechar el cuadro de Emery.
Y el Barça empezó a sufrir. A falta de un cuarto de hora, Trigueros tiró arriba, entrando solo desde la segunda línea. Perdonó el centrocampista en el aviso previo al empate. Danjuma le ganó un balón dividido a Piqué y Chukuweze aprovechó su velocidad para avanzarse a Mingueza, lateral izquierdo improvisado, para colocar con la punta del alcance de Ter Stegen.
Memphis recuperó la confianza
El Villarreal se creció con el empate. Trigueros y Danjuma tiraron del equipo y avisaron en dos ocasiones para avanzar a los suyos. El Barça sufrió ante una presión asfixiante de los de Emery, precisaban algo más de claridad con el balón y reclamaban algún destello arriba, donde acabó Coutinho por la izquierda y Osumane por la derecha. Ambos sin protagonismo. ¿Dónde estaba la flor?Tuvo que aparecer Memphis a falta de tres minutos para sacar petróleo de un tiro largo de Ter Stegen. Un pelotazo, sí. Desencalló el portero, se lo creyó el neerlandés que marcó un tanto de crack, sorteando al portero, perfilándose y tirando por debajo del las piernas de Estupiñán.
Ya en el añadido, Coutinho, esta vez sí, logró la sentencia transformando un penalti que le habían hecho a él mismo. Y hasta tuvo el cuarto en una chilena.
La flor de Xavi, dicen. Pero hay que regarla durante la semana. El Barça debe seguir creciendo, pero se empiezan a ver claros signos de mejora, sumando de tres en tres. También fuera de casa.
Crónica publicada por Ferrán Martínez, MD.com
Fuente fotos: www.mundodeportivo.com y www.laopiniondemalaga.es
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