Con Ansu Fati y Frenkie de Jong lesionados, a Koeman le dio por construir un once más maduro y con más batallas en las botas. El gran sacrificado, Gavi. Doble pivote con el intocable Busquets compensando a Nico, Dest de extremo derecho, Coutinho de mediapunta, el Kun Aguero estrenando titularidad y Memphis por la izquierda. Un Barça condicionado por las ausencias, con la defensa y la media remendada y encomendándose a la alegría del crack argentino. El salvavidas al que agarrarse esta vez en plena emergencia. Y fue más de lo mismo. Juego discontinuo y en ocasiones errático. Delante, un Rayo solvente, con su equipo más de gala, y l intención de presionar hasta la extenuación. Todo ello aderezado por en un césped seco.
La pérdida balón de Coutinho en el primer segundo presagiaba un día espeso. Y al Barça le costó despertarse. El brasileño no fue el único en la tardanza. También Eric Garcia (Ter Stegen salvo un globo bien pensado), Sergi Roberto e incluso el mismo portero alemán. Un guion incomprensible que duro una decena de minutos, hasta que la energía de Dest se dejó ver en ataque. El Barça era una figura lenta y sin criterio. En la banda, Koeman no daba crédito después de todo lo hablado. Pasado el tiempo, el equipo azulgrana fue ganando presencia gracias, curiosamente, a Nico con una asistencia perfecta a Memphis pero sobre todo otra al Kun quien puso el despertador. El ex del City llegó un pelín tarde y se dejó caer en el área. Mateu Lahoz le aviso.
Con el partido aparentemente controlado, el Barça empezó a carburar, sin demasiadas revoluciones, pero a carburar, solo por la derecha porque Memphis se iba por dentro. Sin embargo, en un descuido surgió Falco para advertir a Ter Stegen que también jugaba. La réplica azulgrana llegó otra vez vía Dest con un disparo raso. El partido andaba igualado, la mejor noticia para el equipo azulgrana. Pero el equilibrio se rompió por culpa de otro error individual. Esta vez, a Busquets se le extravió el balón, lo robó Trejo y Falcao, tras un recorte a Piqué, firmó el 1-0 y prolongó la agonía culé. El octavo partido de 13 empezando remolque. El Tigre rugía más que el león, y más que el Kun.
Tocaba espabilar, la Liga se estaba poniendo cruda y otra derrota podría hacer estellar la caja de los truenos. Una acción de Memphis la remató de nuevo alto Dest en el interior del àrea. El Barça trataba de curar sus heridas ante un Rayo que, con poco, había hecho mucho. Sin ser inferior, el partido se estaba escapando. Había que ponerle alguna dosis de orgullo en la segunda parte.
Nico lo intentó con un disparo raso con la izquierda. Una aparición y un aviso en toda regla. No fue su único intento, aunque se puso el disfraz de pasados, Dos buenos pases al Kun, que no supo aprovechar. Al menos, el Barça pisaba el área, hasta el extremo que Memphis, en una de sus internadas, provocó un penalti que parecía coser tanto despropósito. El neerlandés lo desaprovechó después de haber marcado sus dos últimos goles desde los once metros. Dimitrievski le paró su disparo. Fue un golpe duro. El Barça perdió su momento y ya no supo reaccionar. Perdido en el despropósito, y las pérdidas de tiempo, tuvo incluso una acción de Gavi que salió por encima del larguero. El Barça tiene un problema con la portería y en las áreas, que debe solucionar cuanto antes.
Crónica publicada por Gabriel Sans, MD.comFuente fotos: mundodeportivo.com y www.laopiniondemalaga.es
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