El conjunto barcelonista se descompone en defensa y es castigado con cierta facilidad por los goles de Lemar y Suárez, y por un Atlético que no ha hecho sangre.
La visita del Barça al Wanda, con el aliciente del apoyo de Laporta a Koeman del que se tuvo noticia unas pocas horas antes del partido, acabó en réquiem por un equipo decaído, que muestra cositas pero que con muy poco se descompone. No compite y no está ni se le espera en la lucha por el título. Es básicamente lo que aprovechó el actual campeón para descomponer a un teórico aspirante que no ha pasado este año de teórico: en un par de zarpazos contundentes lo tiró a la lona y de ahí el grupo de Koeman no encontró argumentos para levantarse. Los goles de Lemar y Luis Suárez echaron por tierra las esperanzas de un equipo, el Barça, que había salido dominando pero sin crear ocasiones de gol reales y se encontró con ese 2-0 que no pudo aspirar a remontar ante un Atlético comodísimo.
Probablemente el Barça no merecía llegar al descanso con dos goles en contra, pero así fue. Y es que, mientras le costó Dios y Ayuda transformar en ocasiones su dominio, fue endeble en fase defensiva y el Atlético, con un Joao Felix muy activo arriba y sobre todo un Lemar demoledor en la media, derribó sus parapetos a las mínimas embestidas. Cuando el Atlético tuvo opción de entrar verticalemnte por el mismísimo corazón del Barça, no la desperdició. Pagó el pato de la descomposición colectiva de la medular Nico.
La esperanza de los primeros minutos
Koeman regresó a la apuesta por los jóvenes, con Nico y Gavi en el once, de donde no deberían haber salido después de su buen partido contra el Levante. Esta vez, sin embargo, Gavi, una vez más castigado con tarjeta, se movió a la izquierda en el 4-2-3-1 del Barça y Frenkie de Jong se situó a la derecha. De un modo u otro, la salida del Barça fue briosa, con presión en el campo del Atlético y movilidad para encontrar líneas de pase. Los peloteros del Barça, apoyándose en un Coutinho activo en la creación como mediapunta, se encontraban y tardaron poco en crear acercamientos peligrosos, especialmente una combinación De Jong-Coutinho o las entradas por banda de Dest.
Pero aquel mundo feliz fue un espejismo. El Atlético, que salió con todo el arsenal, estaba siendo aparentemente dominado por el Barça pese a la movilidad de Joao Félix, el más peligrosos de los suyos, cuando llegó el jarro de agua fría para el Barça: una jugada iniciada en los dominios de Oblak llegó al portugués, que se apoyó en Luis Suárez, desplazado ligeramente a la derecha. De primeras, el uruguayo profundizó hacia la entrada de Lemar, en un pase que eliminó de una tacada a Sergio Busquets y Piqué, para que el francés, en su entrada, superase a Ter Stegen con poca oposición. El Atlético rompía una racha de siete partidos sin marcar en la primera parte, siete partidos en los que seimpre comenzó encajando. El Barça acabó con el maleficio.
Con poco, la rapidez rojiblanca había desarbolado la defensa barcelonista, aunque el conjunto de Koeman no se movió de su propósito dominador pese al contratiempo. Un chut de Coutinho que salió fuera por milímetros y un centro del portugués que bajó con la cabeza Memphis para la llegada desde atrás de De Jong, que llegó tarde por milésimas, pudieron suponer el empate, si bien Luis Suárez tuvo también un remate muy solo en el área.
El segundo mazazo llegó, precisamente, de la mano del charrúa, que marcó pero acto seguido pidió perdón. Lemar comenzó la acción y casi la acabó: cogió un balón que perdió Memphis en defensa, lo subió y se apoyó en Joao Felix para salir como una flecha hacia el territorio blaugrana, en el que entró con poca oposición de Mingueza, de Nico, incluso de Araujo… cuando llegó al último tercio del campo, momento en el que se la cedió al ‘Pistolero’ uruguayo, que al límite del fuera de juego y sin oposición no falló ante Ter Stegen.
Oblak, espectador de lujo en el primer tiempo, blocó un remate de Coutinho, primer chut entre los tres palos del Barça, tras una jugada de Gavi desde la derecha en una tímida reacción del Barça, conducida por el joven mediocampista, flamante internacional ‘A’, que en la segunda parte se situó en la derecha.
La esperanza
Y entró Ansu Fati, con media hora por delante. Se situó como ‘nueve’ y desde el principio movió el balón buscándose mucho con Memphis en un recuperado 4-3-3 con Gavi como falso extremo derecha. Al poco, generó una falta que él mismo tiró alto. Y después Koeman quemaba sus naves, con Riqui Puig y Luuk de Jong al césped mientras Simeone daba descanso a Joao Félix y Suárez. Declaración de intenciones de Simeone, que optó por cubrirse y no buscar la sangre.
Memphis se quedó para sí una falta que había generado él mismo a doce del final, pero el lanzamiento fue falta ensayada buscando a Piqué y acabó en ‘bluf’. Sólo con faltas y con aquel remate de Coutinho a centro de Gavi buscó reaccionar el Barça. Pero no le sale nada.
Crónica publicada por Joan Poquí, MD.com
Fuente fotos: www.mundodeportivo.com y www.laopiniondemalaga.es
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