Tres puntos para seguir con opciones y poco más. Era lo imprescindible, el mínimo exigible en la tercera jornada de Champions ante el Dinamo de Kiev. El Barça ganó, con un gol de Piqué, pero pese a que tuvo opciones no supo cerrar el partido y ahorrarse minutos de angustia ante un Dinamo que, eso sí, no chutó a puerta en todo el partido. Tres puntos que permitirán al equipo de Koeman sacar la calculadora para ir sopesando opciones.
Con poco veneno, sí, pero el Barça dominó desde el inicio. Por su talante y también por el del Dinamo, muy conservador. Comenzó apostando casi exclusivamente por el juego por las bandas y centros buscando rematadores en el área. Cambió en el segundo tiempo por un fútbol combinativo en un 4-2-3-1. Pudo dejar el partido sentenciado al inicio de esa segunda parte, pero perdonó y dio una oportunidad al Dinamo de Kiev para que apurase sus opciones de rascar algo en el Camp Nou en el tramo final.
Koeman volvió a apostar por Dest como extremo en un 4-3-3, con Mingueza en el lateral derecho. Le dio resultado ante el Valencia y repitió tres días después. Ya en el primer minuto el norteamericano, solo ante el portero, remató alto de cabeza un centro perfecto de Jordi Alba. Las internadas de Alba con centro al área fueron una constante en el juego del Barça, que tenía en Luuk de Jong a su delantero de referencia en esta fase del choque.
El problema, justamente, fue que los centros llegasen a Dest y no al gigante neerlandés. De hecho, el bueno de Luuk casi ni se enteró de que había una pelota en juego. Tardó dieciocho minutos en tocar un balón desde el saque inicial. Fue, cómo no, en un remate de cabeza que le salió desviado a centro de Memphis en un lanzamiento de falta. Poco después obligaba al meta Bushcan a su primera parada con un remate con la derecha desde la frontal a pase de Memphis después de una recuperación en la presión a la salida del Dinamo. El balón se colaba por la escuadra pero el meta lo mandó a córner con una fotogénica palomita.
Piqué, al rescate
El meta ucraniano volvió a hacerse grande poco después, ante Dest, en otro centro desde la izquierda, pero tras el córner subsiguiente la segunda jugada acabó en otro centro de Alba, que encontró a Piqué perfectamente ubicado en el área, donde había subido para rematar el córner. El central barcelonista ejecutó una volea técnicamente impecable. Era un balón difícil de rematar, porque llegaba fuerte. Piqué puso la parte interior del pie derecho mientras caía y la pelota salió impulsada hacia el fondo de la portería. Golazo. Quién iba a decir en aquel momento que sería lo mejor de la noche.
El 1-0 no modificó los planes de Koeman, que poco antes del remate ganador de Piqué ya había hecho calentar a Ansu Fati y Coutinho en busca de un revulsivo. O sea: Luuk se quedó en la caseta tras el descanso. También Mingueza. Una vez introducidos los cambios, el Barça pasó a jugar un 4-2-3-1, con Cou entre líneas. El Barça fue más combinativo; el Dinamo, igual de rácano que en la primera parte, esperando su momento.
El Barça perdona
Una recuperación de Frenkie de Jong, después de combinar con Memphis, desembocó en centro que buscaba a Coutinho y que la zaga desvió a córner. Ansu casi marcó tras apretar la salida de balón del meta y en la acción posterior, de espaldas, tras pase de Memphis. Pudo preparar el remate, pero lo intentó de espaldas.
El Barça había dejado escapar por dos veces, con ocasiones claras, la opción de la sentenciar, pero no lo había hecho. El efecto de los cambios fue gasesoso, efímero, y el Dinamo compareció por fin con veinticinco minutos por jugar. El Barça, repentinamente con el depósito vacío, le dio vida en el tramo final. También es cierto que poco hizo con esa bola extra, pero puso al barcelonismo al borde del ataque de nervios.
Crónica publicada por Joan Poquí, MD.com
RESUMEN Y GOLES
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Fuente fotos: www.mundodeportivo.com y www.laopiniondemalaga.es
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