Messi, con doblete, y Griezmann dan la vuelta al tanto inicial de Paulista, pero un golazo de Carlos Soler pone ‘suspense’ hasta el final
El Barça remontó en Mestalla, con mucho sufrimiento y ‘suspense’ hasta el final después de que el Valencia pusiese el 2-3 con un golazo de Soler, y no entrega LaLiga, pese a que el partido contra el conjunto levantino volvió a poner de relieve que el equipo llega justito a este tramo final: ni siquiera después de adquirir una ventaja de dos goles con poco más de veinte minutos por delante el partido fue cómodo. Pero había que ganar y esta vez, a diferencia de lo ocurrido ante el Granada, el Barça ganó para mantenerse enganchado al título. Y no sin una serie de decisiones arbitrales que evitaron que el triunfo fuese menos sufrido de lo que fue en el accidentado tramo final.
Cuando peor se habían puesto las cosas para el Barça con el gol, no exento de polémica, de Paulista, todo lo que no había entrado en un primer período de mucho dominio pero poco daño efectivo al rival comenzó a entrar en la portería de Cillessen, desde un remate a gol de Messi en los rechaces posteriores a un penalti fallado por él mismo hasta una falta magistralmente lanzada por el argentino, pasando por un gol oportunista de Griezmann con centro de Jordi Alba y dejada de De Jong, dos de los jugadores clave en el triunfo del Barça en Mestalla.
Ocasiones y polémica arbitral
Como ya se está convirtiendo en costumbre, el conjunto de Koeman –de Schreuder ayer– encaró una defensa de cinco, con tres centrocampistas cerrando espacios en la zona ancha y dos aventureros a la espera de una recuperación de pelota y transición. Pedri pudo abrir una grieta en ese entramado al poco de comenzar, pero remató fuera, rozando el poste, después de una jugada colectiva con pase vertical de Griezmann y dejada final de De Jong al canario, que remató.
Cillessen sacó después un remate de Araujo a una falta escorada lanzada por Messi y otra de las muchas llegadas de Jordi Alba por la izquierda se perdió, probablemente por buscar el pase en lugar del chut. Pese a que por el otro carril, Dest, novedad ayer en lugar de Sergi Roberto, no aportó profundidad por su banda como sí hizo Alba, el Barça dominaba y dominaba, pero sin crear muchas ocasiones realmente claras.
Y, en la refriega, un puntapié de Carlos Soler a la pierna de Pedri, por detrás, sin jugar el balón pero sí golpeando al canario, que cayó al suelo, pasó completamente desapercibido, sin que nadie protestase y sin que el señor trencilla hiciese ni amago de ir a comprobar en el VAR si había algo punible.
Poco a poco, el Valencia iba estirándose a medida que el Barça no sacaba rédito a su dominio. El conjunto de Gracia buscaba la oportunidad para recuperar algún balón con campo abierto por el que correr y sorprender a la zaga barcelonista. Ter Stegen detuvo el primer disparo valencianista con peligro, un chut de Racic desde fuera del área después de una internada de Gayà.
Pedri no llegó a un centro de Jordi Alba desde la izquierda por una cuestión de milímetros, después de que el balón rebotase en Griezmann, y el descanso del partido pilló al Barça sin haber obtenido ventaja de su dominio. Con la reanudación, se cocinaba el drama: Ter Stegen evitó el gol al rechazar a córner un remate de Guedes, que había sorteado a Piqué en última instancia tras una contra de Soler, con pase vertical al portugués. A la salida del córner, Paulista remató a gol solo, después de que Ter Stegen cayese al suelo en un bloqueo de Correia que el árbitro no consideró que fuese ilegal.
Empate surrealista y remontada
Messi empató después de fallar un penalti, horriblemente lanzado, que Cillessen rechazó. El penalti había sido cometido por Lato, que cortó con la mano un pase a De Jong, que quedaba solo en la frontal del área pequeña. Busquets fue a por el balón rechazado por el remate de Pedri fue despejado por la defensa. Messi recogió y, esta vez sí, marcó.
Casi sin tiempo de digerir el empate, nueva llegada de Alba por la izquierda, con un centro preciso que De Jong remató de cabeza e hizo lucirse a Cillessen. Apareció Griezmann, oportuno, para recoger el rechace del meta holandés y poner al Barça por delante.
Cuando peor lo había pasado, el Barça había dado la vuelta al marcador y todavía incrementó su ventaja en una falta lanzada magistralmente por Messi, cometida sobre él mismo. Colocó el balón en la escuadra izquierda de la portería de Cillessen cuyo vuelo fue inútil.
Aún hubo otra mano, clara, de Diakhaby en el tramo final del partido, cuando el Valencia había cambiado su dibujo en busca de un nuevo cambio de guión, que llegó mediante un golazo desde muy lejos de Carlos Soler. No hubo más ocasiones claras del conjunto local, pero sí cierta tensión por el escaso margen del resultado. El Barça supo congelar el juego con oficio y con el liderazgo de Messi.
Crónica publicada por Joan Poquí, MD.com
Fuente fotos: www.mundodeportivo.com y www.laopiniondemalaga.es
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