Fue incapaz de ganar al celta pese a ponerse por delante en un correcto primer tiempo
Koeman no habla de su futuro pero sí del de Messi
Colofón a LaLiga en consonancia con lo vivido durante la temporada, especialmente al final, por el Barça: en un partido dominado con cierta comodidad en un buen primer tiempo acabó dejándose empatar antes del descanso y claudicó en el segundo tiempo ante un Celta creciente, que fue a más tras salir casi de vacaciones. Marcó Messi, dio la vuelta Santi Mina con dos goles y el Barça acabó dando su imagen más triste y cerró una racha diabólica: dos puntos en los últimos cuatro partidos, cuando se jugaba poder acabar primero.
Aunque matemáticamente el título estaba todavía en juego, el Barça dominó pero transmitió menos pasión que nervios y mucha intranquilidad. Se puso por delante pero dejó que el Celta se metiese en el partido poco a poco después de un arranque muy dominador. Y, cuando la lucha por esta Liga loca podía ponerse de nuevo a tiro gracias al gol de Osasuna en el Wanda, el Barça se caía mientras el Atlético daba la vuelta en su partido. En ningún momento hubo actitud de pelear LaLiga.
Una tónica general de esta temporada que agoniza: con muy poco al Barça le marcaron gol. El conjunto barcelonista salió bien al partido, presionó bien arriba, generó ocasiones, casi no dejó que el Celta merodease el área de Ter Stegen y marcó, por medio de Messi. Pero permitió que el Celta, con media llegada, empatase antes del descanso en un remate desde la frontal del área de Santi Mina.
Realmente, el dominio del Barça en el primer tiempo tuvo muy poco rédito: un solo gol después de haber encerrado a un Celta de semivacaciones, con presión alta, buena salida de balón y circulación notable en el habitual 3-5-2, con Ilaix por el sancionado de Jong como gran novedad y con Dembélé otra vez ocupando la banda derecha como carrilero. El joven Moriba fue de lo mejorcito.
Y, en cuanto al delantero francés, con toda su a veces desesperante irregularidad fue uno de los animadores del partido, al dinamizar el ataque barcelonista por la derecha. Generó incluso una de las ocasiones de gol del equipo barcelonista, con un chut final que atajó el meta Iván Villar.
Las ocasiones desperdiciadas
El portero celtiña había sacado previamente con los pies un remate de Griezmann tras una pared con Messi. Ambos delanteros azulgranas protagonizaron también una ocasión que salió alta y finalmente, un gran pase de Busquets al corazón del área fue rematado de cabeza a gol por Messi, que había ganado la espalda a su marcador, el joven Domínguez, que había entrado por la alineación por indisposición de Aidoo en el calentamiento.
Nadie contaba con el gol, casi por generación espontánea, de Santi Mina, prácticamente sin buscarlo, antes del descanso en un partido que iba decayendo. Mina se encontró con la pelota y chutó con Piqué supuestamente dificultando el disparo, que Ter Stegen ni intuyó, haciendo la estatua.
Ilaix Moriba, que fue el primero en avisar en la segunda parte con un chut alto, puso más ritmo al Barça en el segundo tiempo, al igual que Riqui Puig, que entró por Pedri en el descanso. También Araujo tuvo un remate de cabeza desde el interior del área que marchó alto.
Pero el Celta ya había dado también un paso al frente, comenzaba a avisar y el partido fue más competido en su segunda parte. Dembélé, poco antes de ser sustituido por Trincao, siguió rompiendo por la derecha, aunque finalizó de manera poco eficiente, como en un pase atrás que buscaba a Messi y encontró a la defensa,o en otra acción en que pudo rematar a puerta pero topó con el meta celtiña.
Koeman cambió el dibujo a un 4-3-3 con la entrada de Dest y el Barça arreció en sus ataques, pero de forma más desordenada que en el primer tiempo y con un Celta más combativo que al principio y que la tuvo con Néstor Araujo. Un centro-chut de Messi se paseó por delante de la portería del Celta y, poco después, el equipo se quedó con diez por doble tarjeta a Lenglet.
Braithwaite tuvo el 2-1, pero falló en el remate solo en la frontal de la pequeña tras centro de Alba y Santi Mina apuntilló poco después en un centro de Solari desde la derecha que dio en el palo y recogió el delantero para marcar a placer. Sin público, el Barça se libró de una pañolada épica.
Crónica publicada por Joan Poquí, MD.com
Fuente fotos: www.mundodeportivo.com y www.laopiniondemalaga.es
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