Encadenó su tercer triunfo consecutivo, cuarto seguido fuera de casa, con dobletes de Griezmann y Messi
El Barça no afloja en LaLiga y logró un triunfo que consolida su escalada. Dos dobletes de Messi, al alza, y Griezmann, que necesitaba una tarde así, sentenciaron un partido extraño que el conjunto de Koeman liquidó antes del descanso sin haber hecho un gran primer tiempo, lo que permitió al técnico dar un amplio descanso a jugadores como Messi, Pedri o De Jong en el tramo final. El conjunto azulgrana, que una vez más no jugó de azulgrana sino de negro, enlazó su tercera victoria consecutiva en Liga y acumula ya cuatro salidas seguidas ganando.
La noticia del inicio estuvo en la pizarra: Umtiti formó pareja de centrales con Mingueza. Araujo sintió molestias en el calentamiento y Koeman tuvo que recurrir a un dúo defensivo absolutamente inédito. Umtiti resolvió la papeleta razonablemente bien, sobre todo gracias a la firmeza de un Mingueza creciente que no se achantó ante la veteranía de Soldado ni ante las dificultades del compromiso.
Tres jugadas condicionadas por la interpretación del reglamento por parte del árbitro marcaron el rumbo de un partido que el Barça no había afrontado excesivamente bien de inicio ante un Granada presionante que, sin embargo, no mostró capacidad de reacción ante las adversidades. El conjunto andaluz fue superado en el centro del campo por el Barça y, excepto Puertas, apenas tuvo lucidez para inquietar a Ter Stegen.
El arranque del Barça fue malo. Al segundo minuto Ter Stegen ya se había visto obligado a evitar el 1-0 en un chut de Puertas tras un pase arriesgado de De Jong a Busquets que desembocó en pérdida. Sin embargo, en realidad fue la única oportunidad clara de los locales antes de que el Barça aprovechase bien sus acercamientos al área nazarí. Efectividad máxima.
El punto de inflexión
Cuando pintaba un partido hosco, difícil de digerir, Griezmann abrió el marcador. Marcó en fuera de juego, pero la posición estaba habilitada porque el balón le llega de un rechace defectuoso de Soldado en un pase de Sergio Busquets. No se trató de un rebote, sino de un despeje intencionado del delantero del Granada, lo que habilitó al delantero francés pese a su posición de fuera de juego. Primera interpretación de De Burgos del reglamento, acertada.
Pese a la ventaja en el marcador, el conjunto barcelonista echó de menos precisión y lucidez para tener al Granada sometido. Algunas pérdidas derivaron en un balón que Soldado cruzó demasiado o en un mano a mano de Puertas con Ter Stegen que resolvió el meta alemán, aunque la jugada estaba invalidada por fuera de juego.
Pero entonces llegó la segunda acción decisiva. Y con polémica. Una recuperación con mano clara de Sergio Busquets, que el árbitro interpretó como involuntaria, generó una transición muy cómoda, por autopista, de Griezmann con pase en la frontal a Messi, que se perfiló y lanzó un zurdazo impresionante que se coló por la escuadra. El reglamento especifica que la mano involuntaria hay que sancionarla cuando el gol es inmediato. No lo fue, porque Griezmann recorrió más de medio campo antes de darla a Messi. Y es lo que interpretó De Burgos. La mano de Busquets, sin embargo, parece clara y sancionable desde el inicio. Cuanto menos, jugada discutible.
Messi rompe su sequía en las faltas
Messi marcó su segundo gol, tercero del Barça, en un lanzamiento directo de falta provocada por Pedri, empujado por Foulquier en la frontal cuando se preparaba para recibir un centro de Dembélé. Aunque estas faltas a menudo pasan desapercibidas, Foulquier tuvo la mala suerte de que De Burgos Bengoetxea estaba bien situado y lo vio. Más quejas del Granada, injustificadas esta vez. Leo rompió una larga sequía en lanzamientos de falta mediante un disparo raso, por debajo del salto de la barrera, por la línea de tiro en la que Mingueza estaba situado para molestar a la zaga.
En un inicio de segundo tiempo muy distinto al primero, en el que el Barça escondió el balón al Granada mediante posesiones largas, un pase picado de Dembélé a Griezmann, dentro del área, permitió al francés controlar con la izquierda y, tras un bote, empalmar por la derecha en un detalle técnico notable. Un gol que completaba un doblete primordial para la confianza del delantero galo.
De Burgos Bengoetxea acentuó el enfado del Granada cuando expulsó a Vallejo por falta sobre Braithwaite por una falta al borde del área cuando iba a entrar. Vallejo entró por detrás y el colegiado entendió que era ocasión manifiesta de gol.
Crónica publicada por Joan Poquí, MD.com
Fuente fotos: www.mundodeportivo.com y www.laopiniondemalaga.es
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