El conjunto barcelonista, con doblete de Leo y gol del canario, reacciona tras el gol inicial de Iñaki Williams
Leo Messi y Pedri volvieron a conectar para liderar una reacción contundente del Barça en San Mamés después de haber comenzado encajando muy pronto un gol de Iñaki Williams. Pedri, de cabeza, y dos grandes tantos de Messi, el primero con otra asistencia magistral del canario, casi calcada a la que le brindó en Valladolid, dieron la vuelta al partido y el Barça acabó ofreciendo una imagen sobria, convicente, bastante reconocible, con actitud, presión e ideas relativamente claras. Un triunfo, ante el Athletic del debutante Marcelino, que le da la opción de coger un impulso importante de varios triunfos consecutivos, aunque un grave error de Leo casi lo estropea al final al permitir a Muniain poner al Athletic a un gol del empate con el descuento por delante.
El Barça de San Mamés se acercó un poco más al Barça que quiere Koeman. Salió de nuevo con un esquema muy flexible, con De Jong marcando la diferencia: interior ofensivo en ataque algo parecido a un 4-3-3 sin serlo exactamente, doble pivote junto a Busquets en defensa para componer algo muy parecido al un 4-2-3-1. La sociedad Messi-Pedri fue ganadora en un Barça que tuvo la pelota. Dembelé dio energía al ataque y Messi va claramente a más pese a su error del final.
La remontada
Pero el conjunto barcelonista tuvo que remar contracorriente y levantar un marcador adverso tras un arranque de partido dubitativo. Iñaki Williams avanzó al Athletic en su primera llegada, con acción de Muniain y gol del delantero tras superar a Lenglet. Momentáneamente ‘groggy’, el Barça pudo haber encajado el segundo poco después, en una llegada de Yuri Berchiche, que minutos después se retiró lesionado, o en una acción de De Marcos con Raúl García e Iñaki.
El ímpetu del Athletic, sin embargo, fue remitiendo a medida que el Barça presionaba mejor y movía el balón con más dinamismo. Las pérdidas dejaron de ser letales y el 4-4-2 del Athletic empezó a dar muestras de debilidad mientras el Barça apretaba. Poco después de una combinación Messi-Griezmann con chut de Dest que rechazó el portero, Messi rompió las líneas de defensa del Athletic con un balón vertical que buscaba a De Jong para repetir la jugada del Huesca-Barça. Se le fue un poco, pero el holandés evitó que saliera por la línea de fondo y tocó hacia atrás para encontrar a Pedri, que cabeceó a gol con la defensa fuera de sitio.
Otra pieza desequilibrante fue Dembélé, que tuvo un chut que el meta envió a córner. El francés rompía, daba profundidad y habilitaba las llegadas de Dest. Además, Ousmane forzó una tarjeta amarilla a Vesga que condicionó mucho la vigilancia del centrocampista sobre Messi cuando el argentino, que partía como ‘falso nueve’, se movía entre líneas.
Desde esa zona intermedia, detrás de la delantera, se gestó el gol que acabó de dar la vuelta al marcador. Messi filtró hacia Pedri, que de forma sutil le devolvió el balón de tacón en lo que fue una asistencia mágica. El taconazo de Pedri descolocó totalmente a la zaga y al portero del Athletic, que no esperaban que el canario jugase a su espalda, y Messi entró en el área solo. Golpeó suavemente con la izquierda y marcó.
Leo tuvo el tercero al recibir un pase entre los centrales de Griezmann. Su remate salió fuera después de golpear en la base del poste izquierdo. No marcó y dejó vivo en el primer tiempo al Athletic, que si no marcó al inicio del segundo fue porque Araujo, grande, desvió un chut de Araujo en una llegada de ambos la acabó de dar la vuelta.
La sentencia
Tras esa tenue reacción del Athletic, Messi tuvo su gol anulado y un tiro al palo y, para poner el partido de cara, marcó el tercero, en una acción iniciada por Dembélé. El extremo francés buscó a Leo, que combinó con Alba y finalmente con Griezmann, que dio la asistencia al argentino para que colocase el balón lejos del alcance del portero. Leo habría completado el ‘hat trick’ en otro pase de Pedri, pero tiró al palo. Doblete de postes.
Cuando todo parecía resuelto, una pérdida de Messi ante Berenguer propició un ataque de Muniain, que marcó y forzó tres minutos de sufrimiento: los del añadido.
Crónica publicada por Joan Poquí, MD.com
Fuente fotos: www.elcorreo.com y www.elcomercio.es
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