El Barcelona dominaba y manejaba el balón, pero ante un equipo muy bien encerrado atrás, con centrales insuperables por alto, costó que llegasen las ocasiones de peligro real. Y cuando llegaron, como en un chut de Jordi Alba que rechazó el meta, encontraron a Fernando o a algún defensa salvador, como es el caso de Kaiky, que se quitó el mal sabor de boca de la jugada del penalti cuando rechazó sobre la línea un chut de Ferran Torres, en forma, activado en ataque y una de las armas del Barcelona, junto con Alba por la izquierda y Balde por la derecha.
No había manera, a pesar de ese dominio, de abrir el muro y un centro del lateral zurdo acabó en remate del valenciano que cruzó demasiado por los pelos. En cambio, una pérdida de balón en un pase lateral que buscaba a Piqué generó un ‘mano a mano’ de Ramazani ante Ter Stegen, que aguantó bien y frustró el tanto almeriense en su primera llegada.
Dembélé, en su versión exasperante, perdonó de nuevo al Almería (tras el penal fallado por Lewandowski) en una transición que llevó Torres y le dejó el gol en bandeja. Remató ni se sabe cómo, con la cabeza, y el churro se fue. Con el dominio local cada vez más asfixiante y casi al límite del descanso, Pedri remató de cabeza un gran centro de Jordi Alba que el meta Fernando sacó sobre la línea y, tras otro susto del Almería, Frenkie volvió a poner a prueba al meta.
Cae la muralla
Bastaron un par de minutos del segundo tiempo para que cayese la resistencia del Almería, intacta en toda la primera mitad. Un balón peleado por Balde acabó en apertura de Sergio Busquets hacia Dembélé. Y el galo, tras medio partido infame, encaró al recién entrado Babic, lo superó hacia dentro y se fue en diagonal sin que nadie de la zaga almeriense, muy blanda en esta acción, se lo dificultase, así que chutó y el balón se coló, ajustado al poste derecho de la portería de Fernando.
Abierta la brecha en el conjunto andaluz, era el momento de que el Barcelona brindase a Piqué, capitán en este partido. Y Dembélé dio espectáculo: se fue en busca del segundo en una transición, hizo un recorte, dos, y con el tercero se hizo un lío y perdió el balón.
Un centro de Jordi Alba desde la izquierda en una muy buena actuación del lateral sirvió para que rematase Ansu en su primera intervención tras sustituir a un Ferran que seguramente no merecía el cambio. El rechace del meta Fernando fue aprovechado por Frenkie para marcar el 2-0.
El portero del Almería amargó la noche a Fati en un segundo remate, cuando el Camp Nou ya volvía a centrarse en el homenaje a un Piqué sobrio, concentrado, dispuesto a llevarse un buen recuerdo de su último partido en el escenario con el que ha soñado desde niño.
Rindió el gran homenaje al Camp Nou a Piqué a menos de diez minutos del final, después de una posesión que parecía interminable mientras el central esperaba que el balón saliese para ser sustituido. Se detuvo el mundo. Piqué se abrazó sus compañeros uno a uno, marchó ovacionado por el Camp Nou y por los jugadores del Almería. El partido debió haber terminado ahí. Sin duda, Piqué habría merecido un epílogo más feliz en el Barça, pero su última noche en el Camp Nou sí fue feliz. Fuente fotos: www.mundodeportivo.com y www.laopiniondemalaga.es
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