59-64: Mirotic y el coraje frustran a un duro Madrid y elevan al Barça a otra Copa
Los azulgrana superan el
agresivo y táctico partido de los de Laso bajo el liderazgo de Mirotic (
19 puntos) para proclamarse campeones y confirmar el sometimiento del
Barça al Madrid con el dúo Niko-Saras
El Barça supo sufrir después del impactante 19-5 en
el primer cuarto y el 28-19 de la primera parte de un Madrid que luego
se fue cayendo
Rokas Jokubaitis (12 puntos), Brandon Davies (10) y la defensa acompañaron a Niko en el paso adelante de los de Saras
Los azulgrana se han impuesto a los blancos en las
últimas cuatro finales de Copa del Rey y en 10 de los 13 últimos
Clásicos desde la llegada de Jasikevicius
El Barça manda y ya incluso somete al Madrid con otro título más. Le
puso entusiasmo el equipo blanco pero los azulgrana definieron el
carácter para elevarse a otra Copa. El innegociable coraje de Saras, el de Jokubaitis (12 puntos) y el de Mirotic.
Los blancos frustraron al Barça con un impactante 19-5 en el primer
cuarto pero aferrándose a la defensa como si se agarrara a la vida, los
azulgrana lo sacaron. Y Mirotic, que recibió zarandeos e ironías de la
afición del Madrid, se enfureció. Menudo enemigo produjeron en casa los blancos. Cuatro finales de cuatro ganadas desde 2018 y Jasikevicius que se confirma como el coco de los de Laso.
El Real Madrid pareció proyectar complejo con el mejunje en un extraño quinteto inicial: Abalde
de base y no Heurtel, Poirer en vez de Tavares, el sólido Taylor y Gaby
Deck como alero. Renunciar a tu personalidad para despersonalizar a un
Barça que se vio absolutamente desbordado: apenas 5 puntos en un primer cuarto con 19-5. El
correctivo táctico fue a la inversa de inicio y la pizarra de Laso,
aunque luego las decisiones de Saras irían tachando conceptos hasta
borrarla, fue un castigo para los azulgrana, sin solidez, sin
desequilibrio.
El
Madrid mudó su ataque de arriba a abajo con respecto a los enseñado en
los últimos precedentes. No abusó del bloqueo directo y las
penetraciones, metió más balones en el poste, trenzó más pases, atacó
más el uno contra uno en sistema abierto, y, Abalde,
cuando penetró, supo castigar la defensa hundida de Sanli en el bloqueo
directo. Tavares, como ejemplo del cambio, asumió mucho menos
protagonismo en el pick and roll y apenas intentó ninguna continuación.
La fluidez ofensiva se tradujo en fortaleza defensiva y viceversa. Mucha más agresividad en la defensa de la primera línea,
colapsar en las penetraciones, y, lo primero de todo, la agobiante
defensa de Taylor -ya lo advirtió con su marcaje a Marcelinho Huertas en
la semifinal-, sobre Calathes. Hasta Mirotic perdió
sus duelos individuales con Yabusele, con un Madrid que multiplicaba las
ayudas en el poste bajo y ayudado también por la defensa de cambios. Y,
para acabar el cuarto, otra imprevisible carta de Laso: sin cincos con Thompkins y Yabusele como interiores y triple final del americano.
Dentro de la gravedad, el Barça, sin resucitar, halló la estabilidad y con la mejoría en el segundo cuarto llegó con vida al descanso (29-18). El
equipo estuvo más asentado, el Madrid perdió claridad con Llull de base
y los azulgrana, compartiendo más el balón y mostrando salidas al
laberinto como el tiro de media distancia de Calathes,
el aclarado para el baile de Davis en el poste bajo con Poirier o dos
canastas de Sanli tras corte, empezaron a encontrar alivio. Al llegar al descanso el Barça se veía superado en el rebote
-18 a 12- y acumulaba más pérdidas -8 a 10-. El balance en triples era
pobre con un 1/6 pero peor el del Madrid con un 2/9. La gran diferencia,
los tiros de dos, con un 11/20 para los blancos y un 5/15 para los azulgrana, que no daban con situaciones propicias para lanzar.
El
Barça siguió trazando su mejora en el tercer cuarto, más pausado para
construir sus ataques y leer dónde se escondían las ventajas, con Mirotic, Laprovittola y Exum haciendo
daño en el uno contra uno mientras el Madrid volvía a no verlo todo tan
claro cuando no estaba Abalde dirigiendo. Un parcial de 2-7 acercó a
los azulgrana (31-25) pero el despegue seguía sin llegar y la diferencia
regresó a los 10 puntos. Tavares sumaba ya 3 faltas en el ecuador del
parcial pero también un Mirotic que siguió sufriendo con Yabusele. Pese a
ello, un triple de Niko aproximó al Barça a falta de
2:58 (39-35). Los azulgrana se levantaron definitivamente al final de
tercer cuarto (46-41). El partido a escasa anotación que había
profetizado Saras.
Un triple de Lapro, de esos que frustran al rival -porque el Madrid
defendió muy bien la jugada-, hizo al Barça por fin atrapar a los
blancos (46-46, a falta de 8:00) en la indirecta del ex para que el otro
cerebro en la pista, Nick Calathes, pusiera por
delante a los azulgrana, respondidos por un triple de una de las armas
secretas de Laso para Clásico tan emocional: Alberto Abalde (49-48, a falta de 6:00). Y Rokas Jokubaitis, tan
joven como respondón, proyectó el carácter lituano de Saras en el
parqué sorprendiendo desde la posición de '2'. Una penetración de esas
tan suya más tiro adicional devolvió la ventaja al Barça (51-53, a falta
de 3:53).
La diferencia creció hasta 53-59 con 2:06 por jugar con dos tiros libres
de Davies. El tan desatinado Llull, estuvo acertado en el momento
oportuno para poner el 59-59 a falta de 45 segundos. Pero emergió Niko.
Dos tiros libres de Mirotic dentro, bandeja fallada de Deck con falta
sobre Niko y otros dos para adentro para llevar al Barça a besar otro
título. Espetó carácter el Madrid y el Barça le respondió con más. Mandan los azulgrana en los Clásicos y en los títulos con el dúo Saras-Niko.
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