2-1: El Celtic-Barça acaba en fiesta escocesa
El Celtic impuso su fútbol directo y fuerza física, reforzado por una gran zaga con Forster de héroe, para superar a un Barça algo espeso en su juego
El partido fue un calco del visto en el Camp Nou, salvo que esta vez no hubo remontada barcelonista a pesar del gol de Messi en el descuento
El Celtic festejaba los 125 años de su fundación. Y no tuvo mejor forma de celebrarlo que superando al admirado Barça (2-1) haciendo valer su fútbol típicamente escocés, donde el corazón, fuerza y apoyo de la grada, sirve para superar a la mejor técnica rival. El Barça llevaba 13 partidos sin perder, desde la vuelta de la Supercopa de España en el Bernabéu.
Su particular interpretación del “goal to goal”, del juego directo, le valió para superar a un cuadro barcelonista algo espeso en su juego. Encima, el Celtic se defendió con mucho orden y tuvo en Fraser Forster a un portero sobrio y eficaz, que como en el Camp Nou, dio un recital de paradas. Sólo Messi, en el tiempo de descuento, pudo batirle y de paso rendirle el primer homenaje a su hijo Thiago, chupándose el dedo pulgar, como si fuera un chupete. Los escoceses se merecieron su fiesta, fueron justos ganadores de un partido vibrante en el que no abundó el fútbol de toque y decidió el coraje local y su mayor acierto y suerte en el remate.
El Barça, que quería ganar este partido, para asegurar su pase a la siguiente ronda y ganar tranquilidad en la Liga, deberá acudir a Moscú para tratar de afianzar su primera plaza del grupo ante el Spartak de Unai Emery. El Celtic se encarama en la segunda posición y sigue soñando con acceder a octavos, una gesta para ellos, si no lo impide el Benfica.
Como en el Camp Nou
El Barça sufrió al inicio del partido en el Celtic Park. Sabía perfectamente que el peligro de los católicos escoceses era su juego directo, que debía evitar que llegaran balones por arriba a los dominios de Valdés. Pero el Celtic sacó petróleo de dos saques de banda y uno de de esquina. Mulgrew sacó el corner y Wanyama superó con fuerza y facilidad a Alba (es 18 cm más alto). El kenyano, hermano del ex realista Mariga, batió de potente cabezazo a un Valdés, que estaba vendido. Se cumplía el minuto 21 y el Barça veía como se repetía la historia del Camp Nou, el Celtic se adelantaba en el marcador. Otra vez se veía obligado a remontar.
Tito Vilanova salió con Bartra y Mascherano de centrales. Piqué se quedó en el banquillo. Song, es un decir, hizo de Busquets y Alexis tuvo una nueva oportunidad en ataque, jugando casi de delantero centro, dejando toda la zona izquierda para la ‘MotoGP’ que se llama Jordi Alba. Al Barça le costaba juntar las líneas, el Celtic había aprendido la lección de Barcelona y sometía a un marcaje recio a Iniesta y Xavi para romper las triangulaciones de medio campo y dejar sin balones a Messi (rodeado a su vez por varios escoceses). Alex Song trataba de subir balones pero no tenía excesivo éxito en sus evoluciones. Todo quedaba reducido a las galopadas de Pedro, Alves y Alba por las bandas pero sus centros no encontraron rematadores.
El Barça, poco a poco, impuso su control del balón, aunque sus pases esta vez fueran más lentos que en otras ocasiones y ello permitiera a los escoceses atrincherarse en su área, regalando las bandas y reforzando el centro. Igual que en el partido del Camp Nou.
Dos palos
Los barcelonistas, con todo, crearon oportunidades de gol. Forster había parado un tiro de Xavi que tocó Alexis (6’). Y, sobre todo, Messi y Alexis, que remataron a la madera. Leo, que parece gafado tras el nacimiento de Thiago, disparó fuerte y Forster desvió al larguero (28’). Luego, Alexis cabeceó a la cepa del poste un buen centro de Alves (36’). El Barça había creado más peligro que el Celtic, pero no había podido equilibrar el tanto de Wanyama.
El dominio blaugrana fue un tanto ficticio porque los escoceses se echaban atrás y regalaban el campo, a la espera de un robo de balón, un despeje afortunado o un pelotazo de Commons y Mulgrew que llegara a las dos torres, al griego Samaras y al español, ex getafense, Miau. Aunque tanto Bartra como Mascherano les sujetaban bien. Sólo una vez crearon peligro pero Valdés conjuró el peligro saliendo a los pies del gigantón Samaras (26’).
La primera parte acabó con una jugada confusa en que pareció que Messi casi marcaba, pero Forster acabó conjurando el peligro en la misma línea de gol en una situación extraña. El Barça pagó su error de dejar que el Celtic se adelantara en el marcador porque a partir del gol de Wanyama pareció que lso escoceses jugaran en el Camp Nou y no en el Celtic Park. Sacaron el ‘autobús’ de dos pisos y lo colocaron delante de Forster.
Con Villa, Piqué y Cesc
El Barça trató por todos los medios de abrir la muralla escocesa tras el descanso. Hasta Messi trató de hacer daño desplazándose ala derecha, buscando el uno contra uno frente a Mulgrew. Casi le salió bien en una jugada en que Leo dejó solo a Alexis, pero el fuerte remate del chileno fue conjurado, otra vez, por el seguro portero inglés Fraser Forster (60’). No tardó Tito Vilanova en dar entrada al Guaje Villa por Alexis Sánchez, quizá má spor necesidades tácticas, porque en Glasgow Alexis no fue el peor delantero hasta que fue sustituido.
Con todo el partido se rompió. El Barça volvió a separar las líneas, los centrocampistas blaugrana se vieron obligados a hacer muchos kilómetros para llegar a posiciones de remate con el balón. El desgaste de Iniesta y Xavi fue grande. Tito reaccionó y cambió la dinámica del partido. Metió a la vez a Piqué (que reaparecía tras 50 días de ausencia) y a Cesc por Bartra y Song. Acababa de realizar Forster otro paradón a tirazo de Messi. Quedaban 20 minutos de partido. La remontada era posible. Los escoceses estaban muy cansados.
El Barça encerró en su área a los escoceses. Forster fue ya el héroe imbatible. Paró un lanzamiento de falta de Messi y todos los tiros que le llegaron.
Y el celtic tuvo la suerte de su lado, bajo la lluvia. Forster sacó largo, el balón botó sin que Xavi pudiera controlarlo y el esférico llegó a Watt que se quedó sólo ante Víctor y le batió por bajo. Era el 2-0 que hacía enloquecer al Celtic Park y a todos los seguidores católicos que llenaban los pubs de Glasgow y resto de Escocia.
El Barça, con todo, trató de lograr la remontada imposible. El 2-1 llegó tras una jugada entre Villa-Cesc y Pedro dentro del área, con remate del tinerfeño que Forster fue capaz de rechazar, pero el rebote llegó a pies del papá Messi que no perdonó. Lástima que ese gol llegara demasiado tarde, cuando el Barça perdía por 2-0 aunque el Celtic estuviera ‘groggy’. Esta vez no hubo gol milagroso como el de Jordi Alba en el Camp Nou. Quizá el empate no hubiera sido injusto del todo, aunque la fiesta fue para los católicos de Glasgow.
Crónica publicada por Francesc Aguilar, MD.com
Fuente fotos: www.mundodeportivo.com, www.laopiniondemalaga.es y www.marca.com
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