Post-partido Athletic Bilbao - Barça

Difícil, difícil, difícil, como no podía ser de otra manera ha sido el partido de ayer ante el Athletic, pero a la vez emocionante e ilusionante. Digo esto porque el partido que vimos ayer nos dará una idea de lo que nos espera en las próximas eliminatorias tanto de Copa del Rey como de Champions. Ningún equipo se va a rendir ante la evidencia de la superioridad del Barça, y todos, sea cual sea su estilo de juego harán todo lo posible para superar al mejor equipo del mundo, aunque tengan que cambiar su estilo e incluso claudicar e hincar la rodilla antes de tiempo, pero con el fin de sorprender y batir al que hoy por hoy es sin duda el equipo que mejor fútbol hace.

El partido 150 de Pep como entrenador del Barça comenzó mejor de lo esperado, ya que, ante el temido arranque de los bilbaínos, el Pepteam se plantó en el campo como lo que es, un equipo campeón y evitó así la temidas envestidas iniciales de los vascos. Me sorprendió la alineación de Messi de inicio (recién llegado de vacaciones) y la suplencia de Iniesta (después de Pedro, el jugador más en forma del Barça), así como la no participación de Milito en el eje central (me da que se va del Barça) dando entrada a un desconocido Adriano, al que Pep le hizo variar de posición durante el partido dependiendo de si atacábamos o defendíamos. Creo que como ya apunté en la previa fue un gran acierto la presencia de Keita en el once inicial, un jugador que no estaba contando y que ayer hizo un soberbio partido, demostrando todo su poderío físico.

Los primeros minutos fueron de dominio total del Barça, tocando el balón y así evitando la presión de los de Caparrós que veían como la tela de araña diseñada en la pizarra se rasgaba cada vez que Busquets, Xavi o Piqué (gran aportación la suya en la salida del balón) hacían triangulaciones en el centro del campo, y los Gurpegui (mira que da patadas este tío), Javi Martínez, Toquero y compañía corrían detrás del balón. Pero poco a poco el dominio pasó a ser estéril; si, teníamos el balón, pero no llegábamos a intimidar a Iraizoz (que como siempre se lució ante el Barça) salvo en esporádicas llegadas, como en un remate de cabeza de Villa en tal vez el mejor centro que le he visto hacer a Alves (que día más loco el de ayer) desde que está en el Barça. El dominio del Barça se fue diluyendo aunque sin perder el control, y estando muy seguros en defensa (grandísima aportación de Abidal como central) hasta el descanso.

La segunda parte comenzó con más empuje de los bilbaínos pero ahí estuvo Xavi para parar el partido y decirle sin hablar a Guardiola que diera entrada a Iniesta en el campo, este captó el mensaje y el albaceteño entró en el encuentro (sustituyendo a Adriano) para decantar la balanza a favor del Barça. A partir de ahí solo era cuestión de tiempo que el Barça hiciera el primero, el dominio era total, Abidal se incorporó al lateral izquierdo y Busi se colocó de central para tapar las envestidas vascas que venían en balones largos buscando la espalda de los centrales (pero ahí estaban Busquets y Piqué, casi nada) para que recibieran Toquero (incansable todo el partido) o Llorente.

Tanta fue la insistencia azulgrana que en la mejor jugada elaborada del equipo de Pep llegó el gol azulgrana, y aunque no lo crean lo hizo ABIDAL; si, no estoy de coña, fue el lateral galo, posiblemente el mejor jugador del encuentro, el que anotó para el Barça el que al final sería el gol decisivo (doble mérito, teniendo en cuenta que era el único jugador de la plantilla que nunca había hecho un gol en partido oficial con el Barça). En ese momento Pep dio entrada al campo a Puyol (al más puro estilo Alexanco) en sustitución de un ovacionadísimo Xavi (se notó su falta en el terreno de juego, cuando está no se ve, pero cuando no está se necesita) para cerrar la defensa y asegurar a la contra la eliminatoria. Pudo hacerse realidad lo que tenía en mente Guardiola y todos los que estábamos viendo el partido. Pero nada más lejos de la realidad, ya que los de Caparrós tiraron de coraje y con un derroche físico impresionante acecharon la portería de Pinto (muy bien toda la noche, sobre todo en los balones aéreos) hasta que Llorente consiguió el empate. Tocaba sufrir y sufrimos, aunque si Villa hubiera convertido lo que puede ser la ocasión más clara de gol que se pueda tener en una eliminatoria para cerrar el partido, pero que el guaje (al que le falta protagonismo cuando el partido está atascado) falló incomprensiblemente, con un Iraizoz batido al borde del área, el gol del Bilbao sería pura anécdota. Villa falló y Guardiola lo castigó con un cambio por el debutante Afellay en los últimos minutos (tal vez un toque de atención, que no viene nada mal) que apenas tuvo tiempo para tocar el balón.

Nota: El gol de ayer de Abidal no hace más que destacar la buenísima temporada del francés. El fallo de Villa, sin embargo, nos recuerda que el Guaje solo ha hecho goles cuando el Barça ya tenía el partido encarrilado. Debe y tiene que dar más el asturiano.
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