Había sido criticado el Barcelona pese a ganar el Clásico copero en el Bernabéu por el nivel de juego. Sin embargo, el conjunto azulgrana había jugado un partido impecable ante el Madrid en el aspecto defensivo. Agobiado por las bajas, en términos de creación estuvo desconocido. Pero el partido fue satisfactorio en términos de competitividad y defensa. Ante el Valencia, en cambio, poco hay que rescatar. El Barcelona tampoco estuvo preciso ni clarividente. Y concedió demasiado ante un Valencia que no acabó de creer en sus opciones.
El planteamiento de Xavi, ausente por sanción y reemplezado por su hermano Óscar, supuso una ruptura con la estrategia de los cuatro centrocampistas (que no un 4-4-2, ojo) que había estabilizado el rendimiento del Barcelona y un regreso a los dos extremos: Raphinha a la derecha y Ansu a la izquierda, metido hacia dentro para las incursiones de Balde, con Ferran por el centro, aunque a ratos se intercambiaban posiciones. Torres y el brasileño combinaron bien a ratos para llegar con peligro cerca de la portería rival. En la media, Sergi Roberto interior derecho y Sergio Busquets medio centro, cayendo del once Kessie pese a su buen rendimiento. Una invitación a la inconsistencia y a las transiciones. En el descanso, volvió el marfileño por Frenkie de Jong.
Mal comienzo, pero 1-0
Mal habían empezado las cosas para el Barcelona, en un primer cuarto de hora de imprecisiones, cuando fue Sergio Busquets quien desatascó al Barcelona. El capitán, con la defensa levantina colocada frente al área tras un córner, mandó un pase excepcional al área, tras recibir de Balde, que Raphinha cabeceó a gol tras ganar la espalda a su marcador, Vázquez, y a los centrales y presentarse al espacio para picar de cabeza la pelota por encima de la salida a destiempo de Mamardashvili. De las pocas veces que Raphinha se fue de Jesús Vázquez.
Un disparo de Ferran desde la frontal que rechazó el meta valencianista y un cabezazo defectuoso de Ansu tras centro de Raphinha fueron las únicas ocasiones antes del descanso que generó el Barcelona tras el 1-0, después de unos minutos que invitaron a pensar en una tarde cómoda.
Más bien fue todo lo contrario. Un conjunto azulgrana inconsistente fue incapaz de mandar y pasó angustias en cuanto el Valencia pensó que podía competir el partido. Thierry Correia remató de cabeza algo desviado ttas una posesión larga del Valencia y Lino, el elemento más peligroso entrando desde la izquierda, casi aprovechó el exceso de confianza de Ter Stegen en un control, pero su remate tras recuperar en la frontal del área salió alto. Y Moriba, abucheado por un sector del Camp Nou, casi empata al filo del descanso tras otra jugada de Lino en unos momentos de desbarajuste azulgrana.
Movió el técnico a Ansu al centro en la segunda parte, para ver si allí se desenvolvía mejor. Ferran, en la izquierda se sintió menos cómodo que en el primer tiempo, cuando, sin llegar a inquietar, sí hizo buenas combinaciones con Raphinha. Ambos discutieron por chutar un penalti por mano clara de Guillamón. Ganó el duelo Ferran, que sin embargo chutó mal el penalti y mandó el balón fuera. En la jugada siguiente, Ansu chutó al poste.
Inmediatamente después, el Valencia comenzó a creer en sus opciones. Hugo Duro no remató a gol un buen centro de Lino gracias a Christensen, que apareció para incomodarle. Y, poco después, otra jugada clave.
El líder de la defensa, Araujo, vio la roja por agarrar a Hugo Duro, que se iba solo hacia Ter Stegen, después de un pésimo pase de cabeza de Koundé hacia atrás que controló el delantero valencianista.
Sin venirse abajo pese a jugar con diez, el Barcelona pasó a un 4-4-1, con Ferran solo en punta y con la entrada de Marcos por Ansu. Y controló mejor que con once. La pólvora del Valencia, en cambio, seguía mojada. Su gran ocasión llegó en un posible penalti de Kessie a Fran Pérez, que había tenido una ocasión muy clara poco antes. El árbitro interpretó que no hubo falta de Kessie pese al contacto.Fuente fotos: www.mundodeportivo.com y www.laopiniondemalaga.es
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