Los dos extremos trataron de dar profundidad al dominio inicial del Barça, con presión alta que empezaba con Luuk de Jong y tenía continuidad con los interiores, Nico y Riqui, titular por vez primera en el ejercicio. Frenkie hizo de medio centro. Y fue tras un pase interior de Jutglà en esa fase de dominio barcelonista que el delentaro neerlandés remató al poste. Sólo dos minutos más tarde, remató de chilena un centro de Mingueza, lateral derecho que actuó con profundidad. Xavi mandó a Araujo al lateral izquierdo.
¡Marca Luuk!
Aunque la presión del Barça sobre la portería de Reina decreció con los minutos, Ter Stegen apenas había intervenido más que en un disparo lejano de baba y en un chut directo de falta de Kang-in Lee cuando Luuk, por fin, a la tercera, tuvo el premio del gol al rematar de cabeza otro dentro desde la derecha de Mingueza, rehabilitado como lateral derecho. Remate impecable de ‘nueve’ clásico: centro desde el extremo y remate a gol. Un remate que revaloriza al jugador, que hacía justicia al arranque del Barça y que pone al Barça en la rampa de lanzamiento para la segunda vuelta.
Ante el riesgo de que el Barça volviese a vivir uno de sus demasiado frecuentes desmayos en las segundas partes, con el aviso de una peligrosa pérdida de Jutglà y una internada de Antonio Sánchez en la que el Mallorca pidió un penalti inexistente, surgió Piqué como gran pilar de la línea defensiva, en una de sus mejores actuaciones de los últimos tiempos.
Un chut de Nico se fue alto y el Barça iba perdiendo fuelle sin cerrar el partido. El peligro del mallorca iba llegando aunque sin grandes alardes, en acciones por la derecha de Maffeo, que protagonizó un duelo de nivel con Araujo, por la derecha, o a través de Antonio Sánchez, muy activo entre líneas. La entrada de un ‘ex’ del Barça como Mboula dio energía extra al Mallorca mientras a los barcelonistas arriba les faltaba aire.
Mboula cabeceó alto por poco en un final en el que un agónico Barça cada vez más barbilampiño aguantó como pudo y que jugó los últimos minutos mirando sólo al marcador, mientras el Mallorca ponía en liza hasta a un delantero con bigote, Abdon Prats. Ter Stegen cerró el partido con un paradón que vale como un gol valiosísimo.
Crónica publicada por Joan Poquí, MD.comFuente fotos: www.mundodeportivo.com y www.laopiniondemalaga.es
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