El Barça, a Berlín con porterazo y tridente
Estéril victoria del Bayern tras la exhibición de Ter Stegen y los dos goles de Neymar, gestados por Messi y Suárez, que rebajaron el ambientazo de Múnich
Cuatro años después, el Barça regresa a una final de la Champions, un paraíso que nadie ha saboreado más en la última década. Ganó (3-2) el Bayern, un equipazo, pero pasaron los de Luis Enrique, los mejores de Europa sin discusión en esta temporada haciendo bueno el 3-0 del Camp Nou. Con Ter Stegen fabuloso bajo palos y el tridente, con el bigoleador Neymar de ejecutor, la derrota sabe más que nunca a victoria.
Tardó un cuarto de hora pero el tridente rebajó la infernal atmósfera de un Allianz Arena espectacular incluso cuando llegar a Berlín suponía acabar metiendo seis al Barça. Si Mascherano fue agorero y realista al recordar que el sufrimiento estaba garantizado porque “son alemanes”, Guardiola también se temía lo peor ante la bestial capacidad de Messi, Suárez y Neymar para reventar partidos por toda Europa tildando la contra del Barça como “la mejor” del continente. Y así fue. Dicho y hecho. El Bayern incendió la grada con un gol a los cinco minutos. De córner, con un testarazo de Benatia anticipándose a Alves. Era el primer tanto de estrategia encajado desde Anoeta en aquel lejano enero en que nada aventuraba tres victorias a cambio de tres victorias. Poco pudo hacer Ter Stegen, inconmensurable después en la casa de Neuer presentándole candidatura a Löw para la selección alemana.
Pep ya avisó que aspiraba al milagro a través de la posesión. Y sin locuras, con el mismo once que en el Camp Nou y una línea de cuatro atrás en lugar de tres como al inicio de la ida, hizo de largo muchísimo más daño que la pasada semana, cuando siquiera chutó a puerta. Esta vez llegó a hacerlo seis veces en el primer tiempo. Tampoco Luis Enrique varió su equipo. Marcó el Bayern primero y metió el miedo en el cuerpo a algunos culés pero también pudo matar la eliminatoria dos minutos antes del 1-0 de Benatia si Neuer, salvador de los bávaros una vez más, no se hubiera lucido dos veces en cinco segundos, primero ante Rakitic y luego con un centro envenenado de Neymar.
Pero apareció Messi para ponerse al mano de las operaciones y fabricar una jugada de manual. A los ocho minutos de anotar el marroquí, la metió como un cuchillo hacia el área, Suárez corrió y Neuer se agigantó como en el paradón de la ida. Pudo chutar pero Neymar llegaba solo y empató a placer. Como un pim pam pum, el tridente dinamitó a la zaga local logrando el gran objetivo en el Allianz: marcar ese gol que obligaba al Bayern a meter cinco.
El 1-1 devolvió la tranquilidad a un Barça que movió la bola con más calma sin evitar que el Bayern no se rindiera ante un imposible. La presión alta, mayor que en Barcelona, provocó peligrosas pérdidas en la medular. Las posesiones no fueron tan largas como deseaban ante un Bayern estirado, con Lahm y Bernat por delante de Xabi Alonso, bisagra entre los centrales abiertos Boateng y Benatia. Guardiola ordenó abrir y centrar como en el 6-1 al Porto dejando un boquete atrás pero topó con Ter Stegen y lo pagó con el tridente. El meta alemán voló ante un remate de Müller y minutos después demostró por qué es el primer jugador de campo generando el 1-2. Su envío largo fue peinado por Messi, que habilitó a Suárez. Como en la primera jugada de la ida. Y nuevamente ‘Luisito’ se marchó por piernas, alzó la testa y buscó a Ney, que definió con temple y clase. Goleador en los últimos siete partidos, solo Messi supera sus nueve tantos en esta Champions.
A la contra, como temía Pep, el Barça explotó la evolución del juego con Luis Enrique, dominador de todos los registros con una versatilidad demoledora. El devastador tridente se alió esta vez con Ter Stegen, cuyo trabajo no cesó. El 6-2 y Berlín eran ya irreales cuentos de hadas para un Bayern que mantuvo el orgullo con Thiago emergiendo por el centro. El ex culé conectó con Müller y Lewandowski, que provocó la doble parada del año. Ter Stegen puso una mano de balonmano ante su violento y amortiguó el cuero sin evitar que avanzara hacia la línea. Y para allí se fue volando para frustrar el 2-2 sobre la cal. Estelar. Para acordarse de que Pinto no fue un relevo útil de Valdés al final del curso pasado.
Suárez, ‘tocado’, se quitó las botas en el descanso. Le suplió Pedro en un Barça que bajó revoluciones en el segundo acto al verse ya en Berlín. El Bayern se sabía eliminado pero quiso marcharse con buen sabor de boca haciendo resucitar el embrujo de su estadio por momentos y multiplicando la posesión. Los errores visitantes en la zona ancha contribuyeron a ello y de un error de Busquets nació un golazo de Lewandowski. Fintó ante Mascherano, se abrió a la derecha y la metió abajo. Imparable.
El empate animó aún más al Bayern con 31 minutos por delante. Luis Enrique buscó compactar la media quitando a Rakitic, sacando a Mathieu como central y subiendo a Mascherano junto a Busquets. Poco se supo de Messi, ney y Pedro. Y cuando Xavi se aprestaba a salir en lugar de Iniesta, Müller, a pase de Schweinsteiger, celebró el 3-2 en el 74’. Poco más hubo en un tramo final en que la renta del Camp Nou valió oro contra un enorme rival que engrandece aún más el brillante pasaporte a la final del Barça, verdugo en dos meses del campeón inglés (City), el francés (PSG) y el alemán (Bayern).
Crónica publicada por Sergi Solé, MD.com
Fuente fotos: www.mundodeportivo.com, www.laopiniondemalaga.es y www.marca.com
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