2-1: Bravo homenaje del Barça a sus fieles
En un partido intrascendente y en un día de perros, fue fiel a su estilo y con intensidad, corazón y ganas, tumbó al Valladolid merecidamente.
Los culés suman ya 94 puntos y si ganan los dos encuentros que les quedan, igualarán los tan cacareados 100 de Mourinho.
Marcaron Pedro y Marc Valiente, en propia puerta, para los de Vilanova, mientras que Víctor Pérez, de penalti, acortó a poco del final.
Era un día de celebración, de homenaje a unos campeones que han arrasado en la Liga pese a que haya quien les quiera quitar méritos. Era un día de perros también, con fuerte lluvia durante todo la jornada sobre Barcelona y con el hándicap añadido de que el lunes era festivo en la capital catalana. Eso no asustó a los más de 56.000 valientes que se dieron cita en el Camp Nou, ni tampoco a un equipo que, una vez más, dio una lección de profesionalidad exquisita. Quizás igualar esos 100 puntos tan utilizados por José Mourinho en numerosas ocasiones en sus ruedas de prensa para autocomplacerse no sean tampoco un objetivo prioritario, pero sí supone un acicate para este final de Liga.
Después de una semana de rúa, comidas y demás festejos más que merecidos, el FC Barcelona debía volver a su trabajo, a jugar al fútbol como mejor supiera y pudiera. Y la actitud de los hombres de Tito Vilanova fue ejemplar. Comenzando por el propio técnico, que puso en liza ante los blanquivioletas al mejor equipo posible, dejando fuera, lógicamente, a los lesionados y 'tocados'.
El Barça convirtió así el partido en un homenaje a un público que pese al duro varapalo en semifinales de la Champions ante el Bayern de Múnich, le sigue mostrando su apoyo y le da un crédito infinito de cara a futuras empresas.
Reaparecía Valdés, también Mascherano, y Montoya ocupaba el puesto del lesionado Dani Alves. Alba jugaba en su puesto natural de lateral izquierdo y de centro del campo para adelante, lo mejor posible, con Busquets, con Xavi, con Iniesta, con Cesc, con Pedro, con Villa... Todos menos Messi, con quien se cruzó la fatalidad en forma de lesión en un momento clave de esta campaña.
El Barça, como siempre, fue fiel a su manera de jugar al fútbol, y puso intensidad, corazón y ganas desde el primer minuto. No fueron muchas las ocasiones que se generaron antes de que Pedro abriera el marcador en el minuto 20, pero ya hacía tiempo que el balón rondaba el área pucelana. Fue una recuperación de Xavi y posterior apertura hacia el canario lo que permitió poner el 1-0, con la colaboración del meta Jaime, al que el balón le pasó por debajo del cuerpo.
El Barça continuó insistiendo y después de que Iniesta probara desde fuera del área con un disparo que tocó en un defensa, llegó el regalo del ex culé Marc Valiente. En el minuto 42, introdujo en su propia portería un balón sacado desde el córner.
El 2-0 al descanso era el premio al estilo y al esfuerzo de los aficionados por acudir a la cita en tan desagradable día. El Barça no aflojó en la reanudación y pronto, en el 51, Xavi probó fortuna pero se encontró con una buena estirada de Jaime.
El Valladolid, libre de todo compromiso al estar ya salvado tras una buena temporada, intentaba contener el ímpetu azulgrana, e intentar aprovechar el mínimo resquicio para irse arriba. Pero el Barça seguía apretando y Pedro tuvo el tercero en el 63 con un disparo que se marchó lamiendo el larguero tras buena jugada de Cesc.
El primer movimiento de Tito fue dar entrada a Thiago por Busquets. La dinámica no cambió. El Barça seguía teniendo la pelota y buscando la portería contraria. A 15 minutos del final, el técnico sentó a Iniesta y dio minutos a Jonathan dos Santos, uno de los tiene prácticamente los dos pies fuera de cara a la próxima temporada.
La intrascendencia de estos últimos minutos no mermó al Barça, que continuó buscando el gol. Mientras tanto, la grada hacía la ola y cantaba 'campeones, campeones'. A punto estuvo Cesc de poner el tercer a diez minutos del final con un disparo en el que buscó la escuadra. Fue Villa el que poco después encontró a Jaime, cuyo rechace lo envió Pedro fuera.
Tito realizó entonces el tercer cambio. Se marchó Cesc, ovacionado por el Camp Nou, y dio entrada a Tello. El Valladolid continuaba sucumbiendo ante la asfixiante presión de un FC Barcelona que no bajaba la intensidad pese a que la motivación no debía ser en teoría la misma que otras veces.
Esa filosofía que a tantos éxitos ha llevado llegó hasta el final, incluso a pesar de una contra del Valladolid que acabó en penalti de Montoya sobre Manucho, transformado por Víctor Pérez. Hasta esa jugada, gestada en una de las escasas contras vallisoletanas, dio una idea del espíritu nada especulador y valiente de este Barça. A fin de cuentas, el partido fue además de un homenaje de los jugadores azulgrana a sus fieles, una demostración de la ambición que hay de cara al futuro. Así, el FC Barcelona seguirá enamorando.
Crónica publicada por José Luis Artús, MD.com
Los goles:
Fuente fotos: www.mundodeportivo.com y www.marca.com
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